Tres encantadores hoteles en Oaxaca

La vasta cultura de Oaxaca de Juárez y sus alrededores la han convertido en uno de los destinos más populares de México. Ya sea que ames la cocina tradicional, quieras adentrarte en la cultura del mezcal, seas un fanático de las artesanías o quieras explorar zonas arqueológicas, acá encuentras todo eso y mucho más. Para completar la experiencia estos hoteles en Oaxaca tienen el encanto tradicional de la ciudad con un toque de lujo.

Casa Antonieta

Si lo que buscas es el encantador lujo oaxaqueño en toda su esencia este hotel boutique es la opción. La construcción solía ser parte del Antiguo Convento de San Pablo y fue construida en 1529. Debido al peso histórico del edificio, procuraron conservarlo lo más intacto posible, solo haciendo los cambios necesarios para cubrir las necesidades de los huéspedes. La impecable decoración se refleja en cada habitación con textiles oaxaqueños, muebles con tejido de palma, colores neutros y arte. Además cuentan con un patio central rodeado por grandes columnas y arcos, el lugar perfecto para tomar un café antes de iniciar tu recorrido por Oaxaca. También vale la pena destacar la atención del staff del hotel, siempre dispuestos a hacerte una recomendación para que conozcas la ciudad y con un trato que te hará sentir en casa.

Hotel Azul

Uno de los clásicos de Oaxaca este hotel minimalista es una muestra del encanto de Oaxaca. Tras pasar el restaurante encuentras los habitaciones que rodean a su hermoso patio central, conocido por su diseño ideado por Héctor Esrawe. Este hotel fusiona el arte con la hospitalidad, creando cuartos de la mano de artistas oaxaqueños como Francisco Toledo, José Villalobos y Rubén Leyva que reflejaran su visión de Oaxaca. Cada detalle en este hotel es elegante al mismo tiempo que mantiene el carácter de esta vibrante ciudad, además cuentan con una terraza en la que puedes descansar por la tarde mientras tomas un rico mezcal.

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Casa Sierra Azul

El hotel construido en una casona antigua del siglo XIX cuenta con un patio central y una fuente antigua enmarcados por las veintiún habitaciones del hotel. La decoración es un poco más rústica pero las habitaciones son súper amplias y cuentan con un restaurante en el patio de cocina tradicional oaxaqueña. El segundo nivel está rodeado por plantas endémicas de la región, lo que le da privacidad al mismo tiempo que ofrece un contraste increíble con el cielo azul de Oaxaca.