Si tomas vino regularmente, es probable que hayas notado que la elección del tipo de vino por puede revelar mucho sobre una persona. Como mínimo, se requiere un estado de ánimo diferente para abrir una botella de Cabernet Sauvignon en comparación con un Pinot Grigio. La gente de Coravin —los fabricantes de esos dispositivos que te permiten beber vino por copa sin quitar el corcho— decidieron profundizar más en el concepto, elaborando una encuesta para descifrar las diferencias entre los bebedores de vino tinto y los bebedores de vino blanco.
Algunos de los hallazgos de la encuesta —realizada a 2,000 estadounidenses adultos que toman cuatro copas de vino por semana, en promedio— son cosas que podrías haber previsto. Por ejemplo, los bebedores de vino tinto tienden a gastar alrededor de $3 dólares más por botella que los de vino blanco (un promedio de $40 por botella de tinto y $37 por botella de blanco respectivamente). Y los amantes del tinto son más propensos a considerarse “aficionados al vino” que los de blanco (porque, por supuesto, lo son) por un margen del 45% frente al 31%. En este punto, sin embargo, los arrogantes bebedores de vino tinto se ganaron los honores: demostraron tener un poco más de conocimiento sobre el vino en una serie de preguntas de seguimiento.
Pero otros resultados son mucho menos intuitivos: los amantes del vino tinto tienden a ser madrugadores mientras que quienes prefieren vino blanco son seres más nocturnos. Los perros son una cosa más del tinto; los gatos son más asociados con el blanco. Los tintos son introvertidos; los blancos son extrovertidos. Y los bebedores de vino tinto se inclinan hacia el jazz, mientras que los de vino blanco eran más propensos a escuchar punk (aunque en realidad nunca he considerado al Sauvignon Blanc como punk). Además, los bebedores de tinto se inclinan más a ser fanáticos de Game Of Thrones. En general, los aficionados del vino tinto eran más propensos a identificarse como “aventureros, humildes y organizados” y los amantes del vino blanco se identificaron más como “curiosos, sarcásticos y perfeccionistas”.
Mientras tanto, ya que estamos hablando de Coravin, también hicieron preguntas sobre escenarios en los que podría ser útil poseer su sistema de servicio por copeo. El 62% de los encuestados dijo haber evitado tomar una copa de vino porque no querían abrir una nueva botella y potencialmente verla como un desperdicio. Y hablando de desperdicio, el sondeo descubrió que, después de una fiesta, se tira un promedio de tres botellas de vino parcialmente llenas —un hecho triste, en verdad.
“Coravin ofrece a los amantes del vino libertad en la forma en que beben vino”, declaró el CEO de Coravin, Fred Levy. “Ahora pueden disfrutar de una copa sin tener que terminarse la botella y la disputa entre escoger tinto contra blanco se volvió obsoleta, ¡puedes tener ambos!” En base a esa declaración no particularmente humilde y ligeramente sarcástica, voy a adivinar que Levy es un bebedor de vino blanco.