El natto es un alimento tradicional de la gastronomía de Japón hecho a base de soja fermentada. Sin embargo, gracias a que tiene un olor similar al amoniaco, una consistencia pegajosa y mucosa, hay una división entre las personas que lo aman y los que simplemente lo consideran asqueroso.
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Es un platillo típico para el desayuno y suele acompañarse con un tazón de arroz, salsa de soja, mostaza, cebollín y en ocasiones huevo. Estas semillas de soja son fermentadas por la bacteria conocida como Bacillus natto –de donde viene su nombre–. A pesar de tener un olor descrito como fuerte o desagradable, un sabor nada excepcional que recuerda al queso curado y una consistencia babosa que aumenta mientras más lo remueves, muchas personas hacen a un lado esos puntos y lo aman por sus grandes beneficios.
Muchos japoneses consideran que el natto tiene propiedades anti envejecimiento y “te aleja de la muerte”. De acuerdo con el profesor de nutrición y ciencias de los alimentos, Hitoshi Shirakawa, algunas investigaciones han demostrado que las personas que consumen productos fermentados a base de soja reducen un 10% el riesgo de morir por accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos. Otra de las bondades de este alimento japonés es que mejora la salud general de la piel, estimula la renovación de las células y retarda el envejecimiento gracias a sus vitamina K, B6 y E.
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Se dice que una vez que pruebas el natto no hay un punto intermedio. O lo amas o lo odias. De hecho, según una encuesta realizada por Nifty, un proveedor japonés de servicios en línea, solo alrededor del 62% de los japoneses realmente disfrutan este viscoso platillo.
Y aunque aún le falta mucho para superar a superfoods más agradables como el aguacate o la misma soja, actualmente la popularidad del natto ha crecido no solo como un desayuno saludable, sino como un ingrediente para preparar diferentes recetas como ensaladas, pastas, pizzas y hasta helado.
¿Te gustaría probarlo?
En Japón es fácil encontrar en los supermercados paquetes de natto, que vienen con tres porciones e incluyen pequeños paquetes de tare (una mezcla de salsa de soja). Pero si quieres prepararlo tú mismo solo debes mezclar semillas de soja bien lavadas y cocidas al vapor con nattu. Posteriormente se dejan fermentar de uno a cinco días y ¡listo!
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