En 2015, los Smith lanzaron la primera fiesta de fuegos artificiales, que se llevó a cabo en su pintoresco alojamiento, The Inn at Bay Fortune en Islas del Príncipe Eduardo, la provincia más pequeña de Canadá. Lo que comenzó como una comida única para 50 personas en la que los visitantes se reunían en mesas largas para disfrutar de la cocina a fuego abierto y los productos de las Islas del Príncipe Eduardo (PEI por sus siglas en inglés), se ha convertido en una comida para 80 personas todas las noches de la semana, de mayo a octubre.
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Es un viaje culinario que incluye todas las ostras que puedas comer, recolectadas en la misma cuadra; pequeños bocados de salmón ahumado servidos sobre un crujiente de Gouda y cubiertos con emulsión de manzana negra e incluso una barra de tacos con salsa picante casera. Y eso es sólo el comienzo. Después hay una comida de seis platos, que puede incluir desde sopa de pescado, langosta con ñoquis de patata y ortigas, y pechuga ahumada, además de mousse de abeto y bálsamo de limón de postre. El menú cambia a diario, aunque hay algunos platos principales, como la sopa de pescado.
Y si bien el menú puede parecer inmenso, todo surgió del objetivo personal de Michael de reconectarse con los demás a través de la comida. Después de pasar años como estrella de televisión en programas gastronómicos, dice: “Llegó un momento en que yo era la única persona en la sala viendo comida. Todos los demás lo miraban como si fuera un accesorio”.
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Para que esa conexión entre las personas y la comida sea lo más fuerte posible, el chef no solo sirve platos elaborados con los productos de su granja, sino que también permite a los huéspedes recorrer la propiedad por sus ocho acres verdes, a través de cinco invernaderos y un pequeño huerto. El equipo cultiva más de 200 variedades de frutas y verduras, e incluso hay un curso de ensaladas dedicado a probar tantas como sea posible. “Hemos llegado a comprender que somos un laboratorio que vive, respira y aprende”, dice Michael.
Pero antes de servir cualquiera de los platos emplatados, los invitados se deleitan con la “Hora de las Ostras”, donde se ofrecen ostras crudas y asadas; el año pasado, pelaron 65 variedades distintas. “Vamos a seguir este año con 70 u 80 tipos diferentes de ostras. En solo una noche de servicio, el personal puede deshacer más de 500”.
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¿Y dónde estaría FireWorks Feast sin un poco de fuego? En el evento, los invitados pueden examinar lo que está disponible en tres estaciones, donde los chefs cocinan entremeses que resaltan los sabores de PEI, incluidos tacos con vegetales: chirivías confitadas y salsa de zanahoria en escabeche encima de una mancha de lentejas rojas, adornadas con el picante de la casa. salsa. “Nuestros chiles cultivados el año pasado se fermentan durante el invierno y se convierten en salsas picantes únicas en lo que llamamos nuestro skunkworks o laboratorio de fermentación”, explica Michael.
Después de dos horas disfrutando del sol de la tarde en un recorrido, los invitados ingresan al comedor para el acto principal. Todos los comensales tienen vista a la cocina, con llamas abiertas y rugientes, y a los bomberos, como se llama al personal.
Todo el asunto parece una fiesta íntima a la que los Smith te invitaron personalmente a unirte. Brindan a sus invitados lo que aman: comida fresca y una cálida hospitalidad. El resultado es una increíble bienvenida a PEI y una exploración de todo lo que la provincia tiene para ofrecer.
Como dice Michael: “La mejor parte del día, la mejor parte de la vida, está aquí”.
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Obsesión por las ostras
La producción de ostras ha sido parte de la historia agrícola de la Isla del Príncipe Eduardo desde 1865. Cada año se exportan aproximadamente 6,5 millones de libras a todo Canadá y como pequeños embajadores culinarios al resto del mundo.
Jeff Noye, que ayuda a organizar el Festival anual de la ostra de Tyne Valley y dirige Valley Pearl Oysters, cita el agua fría y limpia de la isla y los niveles de salinidad en sus bahías y estuarios como condiciones perfectas para las ostras.
Dalvay junto al mar
Este histórico hotel boutique se encuentra en el Parque Nacional de la Isla del Príncipe Eduardo. Disfruta de una muestra de ostras en el comedor MacMillan; al propietario Danny Murphy le gusta una guarnición sencilla de pimienta negra.
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El estudio culinario de la mesa
El chef ejecutivo Hunter Guindon crea un menú original de siete platos cada semana en The Table. Las ostras aparecen a menudo, aunque nunca repite un aderezo. Una semana puede encontrar un granizado de gintonic con mermelada de rosas y pétalos de rosa frescos, y otra una gota de whisky, una gota de amargo y un chorrito de naranja: su versión de lo antiguo.
El Ostrero de Malpeque
Las ostras de Malpeque son algunas de las más famosas de la isla. Disfrútalas aquí directamente en el origen, sin adornos, en compañía de una cerveza fría o un vino espumoso.
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