Flor de La Paz: un oasis que siembra plantas medicinales

Este es un oasis de más de 20 hectáreas donde siembran plantas con fines cien por ciento medicinales.

febrero 11, 2021

Flor de La Paz: un oasis que siembra plantas medicinales

Foto: Juan Pablo Espinosa

Un predio donado por un patronato enriquece a las comunidades del Estado de México con empleos dignos y bien remunerados, además ofrece una escuela para sus familias y transforma las plantas para un bienestar común. Todo a partir de la tierra. 

Salimos en punto de las ocho de la mañana rumbo al destino. Subimos a la camioneta para escapar de la CDMX. Por un día cambiamos los semáforos, la banda sonora de claxons y el smog, por un hábitat boscoso, caminos sin pavimento y un contexto silencioso, bañado por la neblina. Waze marca que llegamos. Fijamos la vista y nos detenemos en un portón sin número ni letras. Lo que no sabíamos es que esa puerta escondía un arma de causa social. 

¡Bienvenidos al Cerro Gordo! 

Entre Valle de Bravo y Avándaro está Cerro Gordo, un pedazo de tierra alejada del destino turístico. Ahí se encuentra el rancho Flor de La Paz, un oasis de más de 20 hectáreas con flora y fauna libre donde siembran plantas con fines cien por ciento medicinales. Luis Fernando González, gerente comercial de esta empresa nos recibe junto con su hijo pequeño para recorrer el terreno. “Valle tiene muy buen suelo, pero muy mal cielo”, comenta Luis mientras nos sirve una taza de agua caliente y nos ofrece una selección de tisanas. “¿Les gusta la manzanilla? Tienen que probar la que cultivamos acá”. 

El rancho es un destino de ensueño para los que vivimos en ciudades grandes. En él conviven libélulas con mariposas, abejas, catarinas, perros y escarabajos. Lo único que se escucha es el viento y el aleteo de
los abejorros. 

Años atrás el suelo fue arrendado por una famosa empresa agroindustrial que opera en el mercado de papas fritas. Explotaron sus nutrientes y a sabiendas de lo que hacen los químicos a la naturaleza, en tres años destruyeron todo lo que rodeaba a Flor de La Paz. Y claro, cuando la tierra quedó muerta, la marca rescindió del contrato y buscó un terreno sano para seguir cultivando papas. 

Oro Molido

En cada puño de tierra saludable existen más organismos de los que podemos imaginar. Nuestra salud y la del medio ambiente están conectadas gracias a ese polvo que pisamos. Si lo pensamos, la tierra es
la suma de todo lo que comemos y lo que somos. “Podemos saber todo lo que sucede con una muestra de tierra”, nos explica Luis mientras recorremos el terreno.

Durante el paseo por los caminos verdes con tintes lilas, vemos que los cultivos conviven en armonía y no hay plagas. El abono orgánico que utilizan proviene de las vacas que viven en el rancho de al lado. Riegan sus plantas meticulosamente con aspersores que se conectan a una máquina central con nutrientes para su óptimo desarrollo. Tratar a los microbios es una parte fundamental para la salud humana, pero rociar el suelo con químicos tóxicos es un destino fatal. 

El análisis de suelo se utiliza para saber qué deficiencias de nutrientes hay y qué se necesita implementar. Por ejemplo, si hace falta nitrógeno, se pueden sembrar frijoles en esas parcelas, sin invertir dinero en fertilizantes químicos y así darle diversidad al entorno sin dañarlo. 

Lombrices 

Consideradas como ingenieras subterráneas, las lombrices son capaces de modificar el suelo y crear nuevos hábitats. Ellas mejoran las propiedades de los suelos, ya que se alimentan de materia orgánica, la degradan y ayudan a la descomposición. El rancho es fértil gracias a ellas. De hecho, cuentan con su propio santuario: una bodega con todas las condiciones climáticas adecuadas para que ellas puedan trabajar con la tierra. Para Luis, las abejas y las lombrices juegan el papel más importante en la historia de Flor de la Paz. 

Medicinas bebestibles

Flor de La Paz surge como alternativa a los fármacos industrializados. El médico Dieter le Noir fundó este proyecto desde 1998, bajo la creencia de sanar al hombre a través de las plantas y la medicina ayurvédica. Los valores se integran gracias a la agricultura biodinámica, la educación para sus trabajadores y el acceso a la medicina a un bajo costo. Las tisanas tienen de 11% a 12% de aceites esenciales que se preservan gracias a dos máquinas de deshidratación provenientes de Argentina –las mismas con las que preparan mate, la típica bebida de yerba–. La temperatura no debe superar los 40°C para llegar a un máximo nivel de activos para el cuerpo. 

Los sabores que comercializan alivian un malestar en específico. Las tres variedades puras son manzanilla, cedrón y toronjil; mientras que los tres blends restantes contienen mezclas enfocadas en mejorar la digestión, son ansiolíticos y contienen antiinflamatorios naturales. 

Modus vivendi 

El campo es una actividad mal pagada. Los jóvenes prefieren abandonar sus casas y salir a buscar dinero manejando un taxi o involucrándose en negocios ilícitos, lo que provoca violencia e inseguridad en la zona. Por otro lado, no hay una regulación para los trabajadores del campo. La mayoría de ellos pasa más de ocho horas expuestos al sol, sin prestaciones, vacaciones o seguridad social. La fundación Flor de La Paz es una bocanada de aire fresco en la zona. Las buenas prácticas de campo rinden frutos. 

Hasta hoy, 120 personas colaboran en el proyecto. Las utilidades de los tés se reintegran en educación, salud y empleo digno. Cada trabajador cuenta con un sueldo digno, con todas las prestaciones de ley, un dispensario donde por 20 pesos mexicanos se les da acceso a medicinas, consultas con nutriólogos y además tienen oportunidad de asistir a la escuela primaria, secundaria y preparatoria para ellos y sus familiares. Flor de La Paz no sólo vende tés, es un proyecto de causa social. Su trabajo demuestra que, en estos tiempos, hacer una simbiosis entre lo que consumimos y lo que dejamos en el suelo es lo más sensato de nuestra parte.

El poder curativo de la tierra 

La propiedades, beneficios y efectos milenarios de hierbas y plantas naturales que han podido sanar a la humanidad. 

TORONJIL: relajante natural, analgésico y axiliar en problemas gastrointestinales. 

MANZANILLA: alivia el estrés y controla la mala digestión. 

CEDRÓN: con propiedades antiespasmódicas y carminativas. 

LAVANDA: funge como analgésico, regenerador celular, y disminuye síntomas de gripe. 

MENTA: reduce la inflamación y mejora la digestión. 

STEVIA: contiene propiedades antiinflamatorias, expectorantes, antisépticas
y antibacterianas. 

PERICÓN: alivia trastornos digestivos. 

ESTAFIATE: ayuda a cuestiones hepáticas, como hígado graso. 

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