Cuando eras un joven de secundaria, posiblemente hayas visto un experimento similar en el que tu profesor de ciencias puso agua en una jeringa y la hizo hervir simplemente tirando del émbolo (la parte que empuja el líquido) y disminuyendo la presión del interior de la jeringa. Aquí la lección no es “¿entonces por qué demonios estoy perdiendo el tiempo con esta olla y estufa?” En cambio, esto demuestra que “hervir” no se trata estrictamente de que el agua alcance los 10º centígrados. Los puntos de ebullición provienen de una mezcla de temperatura y presión.
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Algo parecido a esto sucedió en un reciente descubrimiento —mucho más innovador que lo que tu profesor de secundaria te mostró— donde un equipo de investigadores del Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC, en la Universidad de Stanford, creó un “sonido submarino que rompió récord” tan fuerte que literalmente puede hacer vaporizar (hervir) el agua. En otras palabras, de haber experimentado con un volumen más alto no hubiera quedado nada, un “sonido bajo el agua” ya no es “bajo el agua” si no queda “agua”.
Las presiones de sonido creadas en el experimento registraron más de 270 decibelios y se consideraron más fuertes que un lanzamiento de cohete. Afortunadamente, los científicos no pudieron escuchar estos sonidos que pueden destruir los oídos porque ocurrieron en una forma extremadamente minúscula en un entorno de laboratorio.
Pero lo que sí aprendieron es que si pudieran lograr un sonido más alto, probablemente incluso el agua no podría manejarlo. “Es justo debajo del umbral donde (el sonido) herviría el agua en una oscilación de onda única”, dijo el investigador principal, Claudiu Stan, de acuerdo con Physics Central.
Otra conclusión (menos importante) es que si crearas un sonido de 270 decibeles en tu cocina, podrías hervir una olla de agua instantáneamente. Pero a diferencia del viejo truco de “romper una copa de vino cantando a la frecuencia correcta”, el truco de hervir agua haciendo un sonido de 270 decibeles, probablemente no va a suceder sin importar cuánto lo intentes. Así que, en serio no vale la pena intentarlo en casa.
