En Mars Wrigley saben muy bien que hay pocas cosas tan disfrutables como el chocolate. Por eso, en el marco de las celebraciones del Día Nacional del Cacao y el Chocolate, nos invitaron a degustar las más disruptivas y deliciosas creaciones del Canal Moderno de Turín Mars.
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La cita fue en el Centro de Desarrollo y Soluciones de Turín, un espacio dedicado a investigar, experimentar e innovar. Allí nos esperaba el chef Édgar Pérez, un apasionado de los maridajes chocolatosos que no tardó en romper el hielo para invitarnos a gozar sin remordimientos. Hoy preparamos un par de cosas con alcohol para que se les vaya quitando lo serios y así podamos platicar bien, nos dijo con amabilidad apenas tomamos asiento.
En este lugar no realizamos procesos industriales, lo que hacemos es darle salida a las ideas que nos apasionan, a todo eso con lo que buscamos revolucionar el mercado. La mayoría de los mejores postres con chocolate de la ciudad surgen aquí, nos aseguró Édgar con un tono confiado y profesional. Lo cierto es que Mars se encuentra entre los líderes de la confitería y cuenta con propuestas que cubren buena parte de las necesidades del mercado. Con esto queremos decir: desde lo más casual hasta lo sofisticado.
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Sin más preámbulos, Édgar nos introdujo a la primera de las propuestas: Se trata de un canapé hecho con pan de masa madre con cocoa Turín. Va cubierto con una mezcla de queso de cabra y queso crema con chocolate 70% cacao, además de higo y frambuesas, nos explicó. Lo probamos y fue una maravilla, tan sencillo como delicioso. Pero ahí no quedó el asunto, puesto que faltaba maridarlo con un martini acompasado con licor de cacao, en el que la potencia del alcohol se veía contenida por el fruto y por lo mismo refrescaba de una manera elegante.
Luego vino un maridaje que tuvo como protagonista al Baileys. Una tarta de chocolate oscuro y un carajillo, ante los cuales Édgar nos comentó: Lo importante de esta combinación es que todo se parezca, pero que se parezca desde la interpretación y no desde la réplica. Que morder esta tarta y beber este carajillo sea como derretir un chocolate Baileys en tu boca, esa es la clase de relación que buscamos. Y, en efecto, lo lograron. En lo personal diríamos que el primer maridaje funciona mucho más a manera de entrada, mientras que el segundo como postre.
Terminamos con una sorpresa que entusiasmó a todos los asistentes. Helado de cerveza con los polvos y los chilitos líquidos agridulces de la marca no olvidemos que este segmento es otro de los pilares de la confitería de Mars, sobre todo en México, acompañado de los ya consagrados Skwinkles Chunks, sólo que bañados en chocolate blanco. En pocas palabras, una genialidad adictiva. Creemos que si esta mezcla disruptiva, como la definió Édgar, llegara al mercado sería un éxito total.
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Nos despedimos con un dulcísimo sabor de boca y sin dejo alguno de melancolía, pues esto fue sólo un preámbulo de las celebraciones con que Turín Mars buscará reivindicar a los productores locales de cacao y darle un giro a las dinámicas globales para obtener y ofrecer lo mejor del chocolate de manera justa.
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