
Francia es un país con una riqueza culinaria excepcional y uno de sus productos más reconocidos a nivel internacional por su sabor y calidad son los quesos franceses. Si tú como nosotros tienes ganas de conocer más sobre ellos para adaptarlos a tu alimentación, esta guía te será de gran ayuda.
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De Europa con Amour es una campaña especial que nos invita a probar los productos lácteos como mantequilla, crema y por supuesto quesos que llegan desde el continente del viejo mundo para conquistar nuestros paladares. Estos productos se elaboran con los más altos estándares de calidad, con ingredientes especiales y procesos artesanales que cada región ha preservado como una tradición.

Siendo más específicos y hablando de Francia, este país es uno de los cinco productores de lácteos a nivel mundial. Gracias al clima templado del país, sus amplios espacios abiertos y abundantes lluvias, que brindan una diversidad excepcional a las tierras agrícolas en donde crecen los ganados que año con año producen miles de litros de leche. Sumado a su cultura en torno a la elaboración de lácteos, los quesos franceses y otros productos como la mantequilla y la crema son reconocidos como algunos de los de mayor calidad en el mundo.
6 quesos franceses que debes probar
Brie

Probablemente el más conocido al hablar de quesos franceses. Proveniente de la región Sena y Marne (antes conocida como Brie), se elabora en grandes discos que van de los 900 g a los 3.3 kg. Puedes identificarlo por su corteza blanca con manchas entre beige y amarillas, mientras que su pasta es color paja brillante, el cual se irá oscureciendo conforme su maduración.
El brie tiene un distintivo sabor a mantequilla, con acabado salado y ligeras notas afrutadas y de nueces tostadas. Es suave y va perfecto para acompañar frutos como peras o simplemente pan y galletas, puedes usarlo dentro de un omelette.
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Camembert

Originario del norte de Francia, de la región de Normandía. Se produce en una sola pieza de 250g y tradicionalmente se transporta en pequeñas cajas de madera que ayudan a su conservación. Su corteza es blanca gracias a la acción del hongo penicillium candidum, no debe estar cuarteada ni pegajosa y su interior debe ser flexible, brillante y con pequeños orificios.
Es uno de los quesos franceses de tipo suave y maduro, en nariz puede recordar a tierra húmeda y hierba fresca. Su corteza es de sabor intenso por lo que debe comerse junto con el resto del queso, pues la pasta al ser más dulce y con notas de mantequilla crea el equilibrio perfecto. En la cocina puedes usarlo para preparar salsa, soufflé, quiche y dips, o fundirlo en el horno sobre tostadas.
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Emmental

De tipo semiduro, es uno de los quesos franceses que proviene de la región de Saboya, Auvernia-Ródano-Alpes. Semiduro, se produce en ruedas de 70 a 100 cm de diámetro con un peso de 50 y 52 kg. Su aspecto nos recuerda al típico dibujo de queso de las caricaturas, su corteza es delgada y lisa, mientras que su pasta es flexible con un tono amarillo oscuro y grandes orificios.
Un buen Emmental tiene varios aromas, pero distinguen los olores a campo, pradera, flores y paja con un toque de leña y pasas. Es un queso fuerte y afrutado con una ligera acidez, no es muy salado por lo que es ideal para preparar sándwiches, hamburguesas y pastas.
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Comté

Este queso se produce en grandes discos de 90 cm de diámetro, lleva una cinta verde que autentifica su calidad. Su corteza es café y su pasta de color marfil que tiende a cristalizarse con la maduración.
Es uno de los quesos franceses que más podemos adaptar a nuestro día a días, su sabor es suave y variado, de acuerdo con los expertos de Europa con Amour, puede presentar hasta 83 sabores y aromas diferentes, aunque los más comunes son mantequilla, avellanas y caramelo. Puedes combinarlo con ingredientes dulces o salados, pastas, ensaladas, es muy versátil por lo que se puede comer solo, en tablas de queso, un sándwich, fondue y hasta espolvoreado sobre tus platillos favoritos.
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Raclette

Llegamos a los quesos franceses de tipo fuerte. Puedes distinguirlo por su corteza anaranjada y su pasta de amarillo claro con una textura semi firme que lo hace perfecto para fundir.
En olfato nos da notas de frutos secos y herbales, mientras que su sabor cremoso ofrece ligeros toques vegetales, especiados y tostados. Principalmente se consume fundido, combinado con papas, pastas o charcutería.
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Fourme dAmbert

Por supuesto que dentro de los quesos franceses teníamos que hablar de los azules. Este tipo proviene de las regiones Puy de Dome, Cantal y Loira en el País de Loira. Se produce con leche de vaca, en piezas cilíndricas grandes y alargadas de 2 a 2.5 kg. Su corteza es fina suave y de color gris piedra, la pasta se identifica por un blanco marfil salpicado de manchas azul grisáceas.
Es un queso cremoso y suave que se funde en la boca, con un aroma típico de queso azul mohoso. Su sabor es intenso y complejo, ligeramente salado. Es ideal para preparar tartas, quiches, ensaladas, pizzas y aderezos.
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