Escondidos entre árboles y arena, encontramos maravillas del interiorismo como El Alquimista, Casa KalMar, Nude, Budamar o el demandado Villa Aikia. Este último es un verdadero tesoro escondido tras la montaña, que conecta con su propia playa privada y cuenta con un público asiduo.
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En Villa Aikia tienen las mejores vistas de Zipolite y sus 18 habitaciones parecen flotar sobre el Pacífico. Además, es el hotel escogido por los centros de yoga más prestigiosos del mundo para hacer sus encuentros anuales. El diseño, que combina desde elementos asiáticos hasta obras de Javier Marín, es creación de su propietario Chá Solorzano.
Villa Aikia, una paraíso dentro del paraíso
Aterrizamos en Huatulco y tomamos un taxi hacia Zipolite, lo que nos lleva un total de dos horas desde Ciudad de México.
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Reservamos en Villa Aikia, donde una rubia gringa de radiante sonrisa, Deborah O’Hanlon, nos recibe mientras da órdenes a uno y a otro para que todo quede perfecto. Se prepara para la llegada de un grupo de holandeses que harán a un retiro de yoga en pocas horas.
Llevan las maletas a una de las suites del hotel, que se desborda sobre el océano, con jacuzzi, ducha exterior, terraza con hamacas colgantes y acolchadas tumbonas, aire acondicionado, ventilador y nevera. No necesitamos más.
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Salimos a tostarnos junto a la piscina de profundo azul y escuchamos sonar una campana. Me dicen que es “The Oyster Time”. Un grupo de amigos baja por las escaleras con latas de cerveza y botellas de burbujas hacia la playa para recibir a Javier, que sale del mar con una red llena de conchas: ostiones, callo de hacha y lo que haya en temporada. Abre los bivalvos con una rapidez insólita y todos comen hasta estar llenos.
Como nos hemos quedado con un poquito de hambre, le pedimos a Deborah que nos prepare un guacamole y ceviche de camarón y mango. Y después, una siesta con brisa del mar.
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Al caer el sol, nos vestimos para ir a cenar a alguno de los lugares favoritos de turistas y locales: El Alquimista, Mao Mau, Bacco, La Providencia… La lista es larga y los días pocos.
Dormimos en nuestra suite arropados por el rumor de las olas y amanecemos listos para una sesión de yoga nudista en la enorme sala de gimnasia que también sobresale hacia el mar. Un desayuno con Bennedictines y mimosas, y listos para un masaje profesional en nuestra room… Porque Villa Aikia lo tiene todo…. No necesitamos más.
Tocan la campana … “Javier ya está aquí”.
Dirección: Arcoíris 4, Bahía Camarón, Zipolite Oaxaca.
Instagram: @villaaikia
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Nota de los editores:
“Zipolite, Oaxaca, vivió una tormenta tropical que derivó en huracán, dejando no solo daños humanos, sino un destrozo material considerable. Por eso los establecimientos lanzan un grito de ayuda, solicitando que los visitantes regresen a disfrutar de sus días de vacaciones”.
María Forcada, editora en Jefe Food and Wine en español