¿Por qué la galette ha tomado las redes y los medios gastronómicos? Primero, porque se ve muy bien. Segundo, porque sabe muy bien. tercero, porque es una solución para aprovechar las frutas y verduras que sobran en tu alacena.
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¿Qué es?
Sería complicado definir si la galette es un postre, una botana, una guarnición o un plato principal porque en realidad es todo eso. Es una forma libre de masa con un relleno que puede ser dulce o salado alrededor del cual se hacen los dobleces de la masa para formar la orilla. Suena simple, pero si esto no se hace con una buena masa, o si el relleno es demasiado húmedo, el pronóstico de desastre es elevado.
¿Cómo se hace?
La construcción de la masa de la galette es muy similar a la de un pie: empieza con la combinación de harina, un poco de azúcar, mantequilla y agua suficiente como para amalgamar todos los ingredientes. Hay quien agrega nueces o pistaches a la masa; otros aventureros le dan un toque ácido con limón o vinagre. El amasado de la galette se puede hacer con un procesador o a mano. Y después viene lo divertido: el relleno. Aquí es cuando la galette se convierte en un lienzo en blanco sobre el que se pueden pintar infinidad de combinaciones. No hay más que una regla que obedecer: el relleno nunca debe ser demasiado húmedo porque podría romper la masa. Para el momento de hornearla, es importante barnizarla con huevo para darle una vista más atractiva.
