A poco más de dos horas de Madrid, en tren de alta velocidad, está la ciudad costera de Alicante, con un clima benévolo durante todo el año y adeptos en claro ascenso gracias a su atractiva oferta gastronómica de precios contenidos aún sirviendo los mejores productos.
Para los amantes del vino, Alicante es una auténtica joya: etiquetas de referencia mundial se ofrecen en la ciudad mediterránea en torno a un 30% más asequibles que en otros lugares como Madrid, Barcelona o Valencia. Es el paraíso de cualquier vinófilo.
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Para comer al estilo mediterráneo, en lugares con amplias barras con una oferta en marisco y pescado de la lonja alicantina, no hay mejores direcciones que Nou Manolín o El Piripi cuyas barras recogen tras de sí mostradores con frutos de mar que dan hambre al más desganado. Ambos espacios pertenecen al mismo grupo y se hallan en el centro de la ciudad. Con una oferta muy similar, no es nada raro que cada día haya cola para encontrar sitio en la barra o en las mesas altas. El cualquier caso, disponen de zona de restaurante más tranquila.
Nou Manolín sirvió de inspiración a Joël Robuchon a la hora de abrir sus famosos L’Atelier Robuchon diseminados por distintos puntos del mundo. El chef francés, que tenía casa en Alicante donde veraneaba de forma habitual, fue en vida un asiduo de esta fabulosa barra.
Los antojos a media mañana o a la hora de la merienda pueden colmarse con una visita Bikini Cóctel Bar by Manero, un coqueto espacio en el edificio del Teatro Principal con oferta de sándwiches gourmet que se pueden tomar con burbujas, vinos, cerveza y coctelería de autor. ¿Por qué bikini? La cosa tiene cierta historia y viene de Barcelona. En los años 70-80 existía una sala de fiestas de nombre Bikini y allí preparaban en la madrugada un sándwich caliente de jamón y queso sobre el que los hambrientos se abalanzaban tras una larga velada de copas. Tal éxito tenía el emparedado que se le acabó bautizando como bikini, un nombre que en algunos lugares del Mediterráneo español también se ha ido adoptado.
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Para disfrutar de una noche fastuosa en la que la comida y la bebida no quede en un plano inferior, el lugar estrella es El Portal, el espacio más cosmopolita de la ciudad, donde locales y turistas nacionales e internacionales de alto nivel se dan cita cada velada. El murmullo velado gracias a una acústica de gran calidad es una especie de Babel en el que se funden varios idiomas al tiempo que suena música de DJ en directo con impresionantes sesiones.
En El Portal se degusta producto (¡menuda gamba roja!) y especialidades mediterráneas e internacionales más elaboradas. Hay mesa Krug ya que El Portal es Ambassade de la firma. El propio champagne se sirve por copas, y la lista de vinos no se queda corta en etiquetas de prestigio, sin escasear vinos de mucha puntuación en la guías más prestigiosas.
Hay mucha gente atractiva en El Portal que se mimetiza con el ambiente, muchas veces siguiendo la línea marcada por una decoración que cambia cada seis meses. La actual recrea el icónico Studio 54 con guiños a la música discoteque, con paneles de colores en el techo, columnas engalanadas con flecos, mucha lentejuela, tapicería de terciopelo y las setenteras bolas de espejo.
Para alojarse, tanto The Level at Meliá Alicante (adults only) como Gran Sol son perfectos si se quiere visitar la ciudad sin necesidad de depender de coche o de taxi. La playa está a un paso de ambos y la oferta del centro de la ciudad es accesible andando unos pocos minutos.
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