Con lo que parecen interminables versiones calientes y heladas, el latte podría ser la bebida con cafeína más conocida del mundo. Sin embargo, con cada temporada que pasa, parece que los sabores del latte se alejan cada vez más del sabor del café real. Quizás Starbucks sea el culpable: hacen de todo, desde una con sabor a crumble de manzana hasta otro de pistacho y, por supuesto, pumpkin latte. Pero si eres como yo y realmente anhelas la mezcla equilibrada de espresso bien hecho con leche cremosa, un latte clásico podría ser la bebida para ti. Aquí encontrarás todo lo que necesita saber al respecto.
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¿Qué es un latte?
“En esencia, el café con leche es una bebida de café simple y estructurada que respeta el espresso”, dice Paige Chamberlain, ex barista de la cafetería artesanal Coffee by Design en Portland, Maine. Elaborado con leche al vapor y espresso, el latte es un clásico de los baristas, pero hay muchas variaciones de esta bebida de dos ingredientes. Todos se llaman de forma diferente y tienen un sabor objetivamente similar, por lo que es fácil confundirlos. Para poner el latte en perspectiva entre sus pares, es volumétricamente más grande que un cortado y un flat white, y tiene un tamaño más cercano a un capuchino, pero con más líquido. Un capuchino se prepara con partes iguales de espresso, leche al vapor y espuma de leche, mientras que el latte tiene simplemente un trago de espresso y leche al vapor vertido en la parte superior de la taza. Sin espuma de leche adicional, la superficie cremosa de un latte está formada por burbujas de aire residuales que se crean cuando la leche se cuece al vapor.
Cómo hacer un latte
“Los lattes son una bebida interesante de la que hablar porque son [muy] lácteos”, dice Giovanni Betteo, director de ventas de Minor Figures, una marca de café con sede en Londres que se especializa en lattes con leche de avena enlatados y leche de avena en caja. En una bebida de 16 onzas (que es un Grande latte en Starbucks, como referencia), un café con leche se prepara con tres onzas de espresso y trece onzas de leche al vapor, por lo que la elección de leche afectará en gran medida tanto el sabor como la textura de tu latte. Por suerte, nunca ha habido tantas opciones en el mercado de la leche, tanto láctea como no láctea. Para hacer un café con leche, la leche se cuece al vapor a aproximadamente 160 °F y se crea espuma cuando las burbujas de aire del vapor de agua caliente se introducen en la leche tibia. No sorprende que las leches más cremosas produzcan un café con leche más sedoso.
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Las leches de avena estilo barista tienen una consistencia súper aterciopelada que, cuando se cuecen al vapor, crean pequeñas burbujas de microespuma que le dan al latte una sensación inigualable en la boca. Cuando se trata de integrar esta alternativa de leche cremosa con espresso, es un acto de equilibrio total: “La mayoría de la gente quiere beber un café con leche de avena porque es muy reconfortante y tiene una sensación cremosa en la boca, pero el café no es la estrella de la taza”, dice Betteo.
Mientras tanto, a Rich Labriola siempre le ha encantado el latte elaborado con leche entera. Como fundador de Stan’s Donuts & Coffee, una empresa de donas con sede en Chicago que se especializa en donas artesanales y cafés clásicos, Labriola sabe un par de cosas sobre bebidas de café y se inclina por las bebidas suaves con sabores puros, de ahí su afinidad por el latte. “Aunque personalmente siempre me ha atraído la leche entera sobre otras alternativas lácteas, cuando probé Ghost Town por primera vez, no podía creer que fuera leche de avena”, dice Labriola. La marca de leche de avena, propiedad de Black-and-queer, crea cafés con leche cremosos con un sabor ligeramente dulce y “tiene la dulzura y la cremosidad de la leche entera con una textura suave que combina perfectamente con los cafés con leche”.
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Un buen latte comienza con un espresso de calidad
“Cuando se trata de la calidad de un latte, la crema creada cuando se toma el trago de espresso ayudará a garantizar una textura sedosa y una espuma cremosa”, dice Chamberlain. En el caso del espresso, el término crema se refiere a la crema esponjosa que se forma sobre el espresso líquido cuando se extrae de una máquina de espresso. “La crema es uno de los componentes más preciados de un espresso bien hecho. De color caramelo y textura cremosa, la espuma se crea cuando el agua caliente emulsiona los aceites de los granos de café y flota sobre el espresso con pequeñas y suaves burbujas”, escribe Maria Yagoda. Si bien la crema es el secreto de un café con leche ultracremoso, se emulsiona con leche vaporizada para crear una fina sensación en boca, pero puede restar valor a la experiencia de beber un trago de espresso solo. Según Yagoda, la crema está llena de dióxido de carbono, lo que añade un amargor adicional a un espresso que ya es amargo.
Cómo hacer un latte helado
La mayor proporción de leche y espresso en el latte clásico lo convierte en un excelente candidato para servir frío. Los lattes helados generalmente se preparan vertiendo la leche preferida sobre espresso y hielo, sin el paso adicional de cocinar al vapor. “Me encanta la opción de prepararlo frío o caliente”, dice Labriola, “como nativo de Chicago, donde el clima cambia con bastante frecuencia, los cafés con leche son una excelente opción durante todo el año”.
Ya sea que estés disfrutando de un latte caliente en la comodidad de tu hogar, helado y para llevar, con sabor o no, el latte merece gran cuidado y atención.
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