Los antojos de verano encuentran el escenario perfecto en este plato con ensalada de pasta caprese al pesto, una celebración radiante de albahaca, tomates bañados por el sol y queso sedoso. Cada orecchiette, crujiente y tierna, está bañada en pesto de albahaca fresca, que le aporta un toque herbáceo y ajo que perfuma el plato desde el primer momento hasta el último bocado.
La sorprendente historia de 8 icónicos tipos de pasta
Los tomates cherry, dulces y jugosos, aportan color y un toque de acidez. Para un queso doblemente cremoso, las perlas de mozzarella y la exquisita burrata se unen y crean un momento sublime. Abre la suave bolsa de burrata y deja que la crema lo cubra todo con una exquisitez decadente que se siente casi demasiado buena para ser una ensalada con pasta.
Un toque de reducción balsámica se entrelaza con las verduras y los rojos, aportando una suave acidez que ilumina sin abrumar. Por último, no olvides la sal marina, imprescindible en una caprese. Aporta un toque crujiente y un toque de salinidad que realza cada sabor.
El resultado es una sinfonía de texturas: masticable, cremosa, suave y crujiente, unida por el trío clásico de albahaca, tomate y mozzarella, pero elevada a un nivel innegablemente lujoso. Sírvela ligeramente tibia para que el pesto suspire con su aroma, o fría para picnics cuando el sol del verano pide un respiro fresco.
MARIDAJE SUGERIDO
Acompáñala con una copa de vino rosado fresco y deja que la mezcla te transporte a una terraza italiana junto al mar, donde las tardes se prolongan y la buena compañía se mide en espirales de pasta teñida de color esmeralda.
¿Cuál es la mejor forma de pasta para preparar pesto?
El pesto brilla con más intensidad cuando se combina con pasta que atrapa la salsa. Las tradicionales trofie de Liguria, con sus estrechas curvas, retienen la salsa en cada rizo, mientras que las cintas planas de las trenette permiten que el exuberante sabor a albahaca se extienda. Las formas estriadas, como las de fusilli, cavatappi y penne rigate, actúan como pequeños canales que atrapan los trocitos de piñón.
Para un bocado más sustancioso, las orecchiette, con su textura masticable, ofrecen abundante pesto en bocados individuales. Elijas lo que elijas, una textura al dente permite que el vibrante verde se adhiera.
La diferencia entre el balsámico regular y el balsámico añejo
El vinagre balsámico común, a menudo denominado aceto balsamico di Modena, se añeja sólo unos meses en grandes tinas de roble y luego se mezcla con vinagre de vino y colorante caramelo para estabilizar su sabor y precio. Su textura es ligera y su acidez, intensa, lo que lo hace ideal para cocinar o desglasar sartenes.
El auténtico balsámico añejado, o aceto balsamico tradizionale, pasa de 12 a 25 años trasladándose a barricas de madera cada vez más pequeñas. El agua se evapora, los azúcares se concentran y se desarrollan complejas notas de higo, cereza y melaza. El líquido resultante es almibarado, equilibrado e intensamente aromático, por lo que unas gotas brillantes pueden completar ensaladas, quesos o postres sin abrumarlos.
¿Pesto de hoja santa? Te decimos cómo hacerlo fácilmente
Algunos tips
- Si tienes poco tiempo o no quieres ensuciar más sartenes, usa glaseado balsámico comprado en la tienda en lugar de reducir el vinagre desde cero.
- Incorporar el agua de la pasta reservada ayuda a emulsionar y diluir el pesto, permitiéndole adherirse mejor a la pasta y cubrirla uniformemente sin quedar aceitosa ni grumosa.
- Combina de maravilla con pollo, bistec o camarones a la parrilla.
Toma en cuenta
Puedes preparar la pasta y mezclarla con pesto y tomates secos hasta con un día de antelación. Añade los tomates frescos, la mozzarella, la burrata y la albahaca justo antes de servir para que se mantenga fresca y vibrante. Guarda las sobras en un recipiente hermético en el refrigerador hasta dos días. Los sabores se intensifican con el tiempo, pero los ingredientes frescos (especialmente la burrata) se disfrutan mejor justo después de servir.
Ensalada de pasta caprese al pesto*
Ingredientes
- 225 g de pasta orecchiette o fusilli cruda
- ¼ taza de vinagre balsámico
- ½ taza de pesto de albahaca refrigerado
- ½ taza de tomates secos picados en juliana, escurridos y en aceite con hierbas, más 1 cucharadita de aceite del frasco
- 225 g de tomates cherry, cortados por la mitad (aproximadamente 1½ tazas)
- 1 envase (200 g) de bolitas de queso mozzarella fresco en agua, escurridas
- ¼ taza de hojas de albahaca fresca picadas, más hojas para decorar
- 1 bolita de queso burrata fresco (110 g), escurrida y cortada en 4 trozos
- Sal marina en escamas, al gusto
Preparación
- Hervir una olla grande con agua salada a fuego alto. Incorporar la pasta; cocine, revolviendo ocasionalmente, hasta que esté al dente, de 12 a 14 minutos. Reservar aproximadamente ¼ de taza de agua de cocción para diluir el pesto según sea necesario. Escurrir la pasta y enjuagar con agua fría. Dejar que la pasta escurra completamente, unos 30 segundos.
- Mientras se cocina la pasta, hervir el vinagre balsámico en una sartén pequeña a fuego lento; cocinar, revolviendo constantemente, hasta que el vinagre se reduzca a aproximadamente 1 cucharada y espese ligeramente, unos 3 minutos. Reservar la reducción balsámica.
- Colocar la pasta cocida en un tazón grande; incorporar el pesto, los tomates secos y el aceite, los tomates cherry y 2 cucharadas del líquido de cocción reservado, revolviendo hasta que esté bien combinado, agregando las 2 cucharadas restantes del líquido de cocción, según sea necesario, para lograr la consistencia deseada. Agregar la mozzarella y la albahaca; mezclar suavemente. Cubrir con queso burrata y hojas de albahaca; espolvorear con sal marina en escamas. Rocíar con la reducción balsámica reservada. Servir.
¡Disfrutar!
- Esta receta fue desarrollada por Renu Dhar; el texto fue escrito por Breana Killeen.
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