Con los ingredientes y porciones correctos (no señores, desayunar jugos no significa matarse de hambre), este brebaje puede mejorar tu día, tu digestión e incluso alimentar tu lado creativo con todas las posibilidades de combinaciones entre sabores y texturas. Las bondades de tomarlos recién hechos son un montón, por ejemplo, te sientes saciado, te hidratas al momento, es un shot de energía y te ayuda a depurar toxinas. Lo que más agradecemos es que no necesariamente toca lavar un ejército de trastes, platos, cubiertos y utensilios sucios después del desayuno ni dedicar demasiado tiempo a su preparación.
Para empezar, elige bien a tus jugadores frutales. ¿Quieres algo más tropical? Vamos con un poco de piña maracuyá, naranja, plátano y lima. O bien el clásico jugo verde: manzana, espinaca, pepino, perejil y limón.
El segundo paso es elegir tu arma predilecta: ¡hola, extractores de jugo!
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El método infalible
Con la licuadora o procesadora mantienes la fibra y tu sistema digestivo trabaja (con los jugos cold pressed descansa). Además, la textura puede quedar espesa y espumosa, para darte una sensación de saciedad más prolongrada.
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El lujo del cold pressed
Método perfecto para preservar los nutrientes. Cuando prensas un jugo en frío, se extrae a una velocidad lenta, entra menos oxígeno, no se oxida y no se calienta la materia prima. Así conservas todos los nutrientes.
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La versatilidad del 2n en 1
Con este gadget no sólo prepararás jugos. Tiene dos filtros intercambiables para ajustar la consistencia, una líquida para jugo y leche de almendras, y otra espesa, para helado y mermelada.
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