El cuerpo no está diseñado para procesar una comida rápida llena de grasas, carbohidratos y productos hiperindustrializados. Ante esto una investigación asegura que el cuerpo reacciona a estos platillos como si estuviera sufriendo una infección bacteriana.
También te puede interesar: Los mexicanos consumen 214 kg de comida chatarra al año
Según una investigación publicada en la revista científica Cell, cuando el cuerpo detecta la presencia de comida rápida se ve obligado a producir más glóbulos blancos, como si estuviera bajo ataque.
Para el estudio los científicos alimentaron a un grupo de ratones con una dieta hecha a base de grasas saturadas, azúcar y sal durante un mes. Después de la primera semana se percataron que el número de células inmunitarias en sus torrentes sanguíneos se habían elevado. Esta respuesta suele desencadenarse a partir del impacto de infecciones agresivas que detecta el organismo.
También te puede interesar: Un experto nos comparte sus consejos para prevenir la obesidad
Los expertos llegaron a la conclusión de que el organismo no está preparado para recibir los componentes de la comida rápida, mucho menos como parte de una dieta rutinaria. Otro de los puntos que llamó la atención de la investigadora Anette Christ de la Universidad de Bonn, Alemania, fue que al ingerir alimentos chatarra, los ratones entraron internamente en estado de alarma, lo que señala que el cuerpo registra y recuerda los episodios infecciosos alimentarios que ha tenido.
De acuerdo con el estudio, el rastro genético que deja la comida rápida en las células revela que el cuerpo recuerda cómo lidiar con la comida rápida, que originalmente identificó como ataque biológico. Esto no quiere decir que volver a una dieta saludable no es suficiente para revertir los efectos nocivos de la cómoda rápida ya que estos episodios quedan registrados para siempre.
También te puede interesar: Estudio asegura que comer un hot dog te quita 36 minutos de vida
Si bien es difícil eliminar la comida rápida de nuestra alimentación, lo mejor es tratar siempre de consumirla en menor cantidad y poco a poco sustituirla por alternativas naturales para evitar que siga “atacando” a nuestro organismo.
Para más información sobre el estudio da clic aquí.
Síguenos en: Facebook / Twitter / Instagram / TikTok / Pinterest
