El origen los vinos Torres Alegre

Después de un viaje a Brasil, el Dr.Víctor Torres quedó enamorado del mundo del vino, lo que lo inspiró a comenzar sus estudios en Francia, para volverse uno de los primeros enólogos mexicanos de renombre.

A su regreso a México, comenzó a viajar por todo el país gracias a su trabajo, consiguiendo posteriormente un empleo dentro de una planta vinícola, en donde pudo practicar la destilación de vino, convirtiéndose en un experto en fermentación.

Después de haber colaborado en dos proyectos con vinícolas francesas, tuvo la inquietud de producir su propio vino de forma comercial, hasta el 2001 cuando decidió dejar de hacer vinos solo para él y su familia, creando una vinícola artesanal con pocos productos a la venta.

Su primer vino lleva el nombre de “La llave tinta”, inspirado en el cuadro de uno de sus hijos, del cual se obtuvieron solo 60 cajas. Posteriormente salió “La llave blanca”, la versión blanca del vino. Ambos basándose en la técnica francesa.

Torres Alegre

Por otro lado el concepto de Cru Garage que el Dr. Torres maneja, hace referencia a la creación de vinos dentro de un garaje -literal. Una tendencia que comenzó en Francia, como una forma más práctica y económica para la elaboración de vinos. Posteriormente en 2005, se introdujo la versión del vino blanco dentro de su colección familiar.

Uno de los vinos más veteranos de Torres Alegre, con 11 años en barrica y 13 en botella, es la “Llave del tiempo” la cual obtuvo una gran demanda, debido a los 24 años que permaneció en fermentación y reposo.

El doctor también nos platicó acerca de su método de hiper-oxidación, el cual consiste en fermentar un vino ya oxidado, provocando que la oxidación de éste vino se espese en el fondo y el licor permanezca intacto en la superficie. Se trata de un vino sin sulfitos -sales sulfurosas que se encuentran dentro del vino- con la ventaja de poder conservarse por muchos años, sin que llegue a oxidarse.

Como último le preguntamos al Dr. Torres acerca de sus tres vinos favoritos, de los cuales mencionó ser amante de los italianos -Barolo, Fontanafredda de 1982- y los vinos franceses, tanto tintos como blancos.