Bitácora del Paladar: ¿Comer o tocar playa?
Huevos con Machaca en Restaurante Awacate | Foto: Humberto Ballesteros

Cuando el sol sale en una de las habitaciones del Hotel Viceroy, la mirada suele perderse en el mar azul que bordea San José del Cabo en La Baja Sur. La suave brisa de un día de abril me emociona, y el sol juega con la calidez depositada en la piel. En esta ocasión, no busqué música de fondo y mucho menos alguna voz que rompiera con la postal de ese amanecer.

El descenso del elevador se acompaña de gratas sonrisas y el tránsito para desayunar en Awacate, uno de los restaurantes que repetí todos los días, me lleva a pensar que más felicidad sólo es posible si uno acompaña las mañanas con la gente que uno quiere. Pero por alguna razón extraordinaria, diseñé un viaje en solitario. 

Bitácora del Paladar: ¿Comer o tocar playa?
Almejas gratinadas en Restaurante Nidito | Foto: Humberto Ballesteros

Ya en el restaurante donde desayunaría, estaba atendiendo la mesa, la amable señora Rosa, quien me ofrece un café como todas las mañanas. Ella habla de los sabores del grano que se usan en el restaurante y coincidimos los dos que el café que más nos gusta es el que se cosecha en Oaxaca; sin embargo, quien trabaja desde hace años en el servicio del hotel Viceroy señala con prudencia, su afición por otros granos de café con sabor a México. 



Bitácora del Paladar: ¿Comer o tocar playa?
Almejas con salsa de carreta en Restaurante Nidito | Foto: Humberto Ballesteros

La plática se desborda con pasión sobre el café. Eso me emociona.

Rosa me ofrece unos huevos estilo Veracruz con los frijoles bien sazonados y estos guardan el sabor de casa en los días de lejanía. La tortilla de maíz criollo que emplean, es de buena calidad al grado que soporta el corte sin desmoronarse o sin quebrar la estructura de unos huevos veracruzanos bien hechos. El pan que siempre es básico en mi alimentación, llega recién horneado y como dice mi amigo Felipe González, quien es director de Alimentos y Bebidas, y esto sólo se puede con el cariño y la dedicación que se le pone a cada ingrediente que se emplea en la cocina. El espacio es hermoso, pero los platos que es lo que me gusta disfrutar, son lo que resaltan en mis mañanas en este espacio del Hotel Viceroy. 

Hubo un día que desayuné enchiladas verdes y otro me arriesgué con los huevos con machaca, lo que realmente se me hace un gran reto, desde que un restaurante en CDMX me orilló a enamorarme de un plato tan del norte. Y como el día, que tiene muchas horas para comer y disfrutar el sol, tuve la oportunidad de disfrutar en Nidito platos de la nueva carta. Las almejas que me han entregado con una salsa de carreta, me ha hecho la mañana. No puedo negar que me tomé una cerveza local acompañada de buena conversación con el capitán, el cocinero y otros amigos que hice en el servicio. Mucho mar en la mesa, pero también mucha calidez y abundancia en el plato. Siento que el toque entregado por la personalidad de Felipe y la cocina de Salvatore, quien es el chef ejecutivo, dan un buen resultado en la sazón de la cocina, pero también el sabor del servicio. 

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Chef Salvatore | Foto: Humberto Ballesteros

Pocos restaurantes con tanta energía, entregan tanto cariño en cada instante de la comida. Comparto, por presumir, que disfruté de una sesión privada con un chef de alto nivel, como lo es Salvatore, quien en un arranque de emoción derivado de una buena conversación, me llevó a la experiencia de hacer dos pastas italianas, que lograron una vez más ese silencio que sólo se logra en el disfrute de un buen plato

En el Hotel Viceroy hay tanto que comer, tanto que disfrutar, pero como los días suelen ser cortos cuando uno está de vacaciones, quizás no hubo espacio para comer más, pero si para coincidir con gente maravillosa, ya que me encontré al chef Federico López, quien estaba haciendo un menú especial en el hotel durante esos días y tuve la oportunidad de sentarme en su mesa, para generar risas y disfrutar de nuestra bebida favorita que es un negroni clásico, mismo que gozamos en la terraza en Cielomar, donde las conversaciones tornaron giros hacia la carcajada y la anécdota. 

Bitácora del Paladar: ¿Comer o tocar playa?
Un pan de calidad en Restaurante Awuacate | Foto: Humberto Ballesteros

Creo que una experiencia no es completa, si al salir de ella, no te quedan ganas de volver a disfrutar. Y es por ello que busco interpretar mis emociones y entender todo lo que pasó en las mesas de tan bello hotel, sin embargo, me pasó lo que es una mala tradición de mi persona en un hotel junto al mar. Sólo vi la playa a lo lejos porque me convertí en el eterno comensal que no pisa una playa, pero si bien puede pisar todos los restaurantes de este bello hotel al que seguro he de regresar tan pronto como vuelva a tener hambre con ganas de un bello paisaje en la mágica ciudad de San José del Cabo, y quizás en una futura ocasión, toque playa, pero en compañía de un buen plato y una dulce voz que me haga disfrutar estos ricos placeres de la vida.

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La vista de una mañana en Viceroy | Foto: Humberto Ballesteros

Sigue al autor: @betoballesteros  

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