Tulum se ha convertido en uno de los principales destinos de la Riviera Maya. Aunque su población es de aproximadamente 20,000 habitantes, este destino recibe cada año a casi 2 millones de turistas, de acuerdo a Kayak. Y no es para menos, pues tiene desde ruinas arqueológicas, pasando por cenotes secretos hasta playas paradisíacas.
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Dentro de la oferta de propuestas que encontramos para alojarnos, Namron Hospitality, una colección de hoteles boutique de diseño artístico y raíces locales, presenta La Valise Tulum, donde además de poder relajarte y explorar las bondades de la madre naturaleza, puedes encontrar dos ofertas gastronómicas sofisticadas y cómodas frente a la playa.
NÜ, el lado místico y fraternal
Todo comenzó cuando un grupo de siete amigos decidió embarcarse en una aventura a las costas de Tulum guiados por el chef César Castañeda y el hotelero Yves Naman. El nombre del restaurante se inspira en un tatuaje compartido por todos los chefs que participan. Es un heptágono, adaptado como la insignia de NÜ, que simboliza el vínculo espiritual entre ellos.
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La cocina de NÜ es una mezcla de modernidad y tradición mexicana, donde participan siete chefs. Cada comida está cuidadosamente pensada y utiliza ingredientes locales y de temporada. Ofrecen desde recetas tradicionales de mole hasta pesca del día. Por ejemplo, puedes encontrar desde ceviche y tártar de atún, pasando por platos calientes como ostras a la leña o tacos de pork belly con chile xcatic, hasta un pulpo con recado negro o pato con mole negro de Oaxaca.
En cuanto a las bebidas, la carta ofrece una gran variedad de vino mexicano, además de coctelería de autor que honra los destilados mexicanos, como la Charandinha (charanda, mezcal, albahaca morada, epazote y semillas de chía), el Esproho Martini (posh, licor de elote, café, jengibre y jarabe de chile) o el Jungle Martini (sotol macerado con flores, St. Germain, vermut seco y aceite de eneldo).
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ITZIK, platillos mediterráneos y vinos europeos
La historia detrás de este restaurante tiene que ver con la nostalgia. Tras grandes y felices días en la playa, el hotelero Yves Naman echó de menos los platillos mediterráneos de su infancia europea y herencia israelí. Anhelaba la cocina y los recuerdos de un ambiente festivo y familiar.
ITZIK es un derivado del nombre hebreo Isaac, significa “el que se ríe”. Para Yves, compartir los alimentos es una celebración de la vida. El concepto retoma los ingredientes locales y los combina con los sabores de Medio Oriente, para ofrecer platillos mediterráneos. El menú cambia es estacional, podemos encontrar desde un humus o babaganoush, un aperitivo de queso feta con sandía hasta un rack de cordero o una shawarma de pollo.
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Los cócteles transforman los clásicos de siempre usando sales y especias, hierbas y frutas exóticas. Puedes encontrar opciones elaboradas con el mezcal de la casa Nakawé. Por ejemplo, el Not So Tamim (mezcal, shrub de piña asada, habanero, xtabentún e hinojo) o el Easy Fizzzy (mezcal, St. Germain, tintura de jengibre, miel de agave y agua tónica), además de una carta de vinos internacionales y mexicanos, curados por Fernando y Stephane de “Plaisirs du Vin”, una empresa dedicada a la distribución y venta de vinos europeos.
No cabe duda que la oferta de Namron Hospitality es una joya oculta dispuesta para los sibaritas que buscan nuevas aventuras tanto en el paladar, como en las experiencias de vida.
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