Montar crema es una de las tareas de la cocina que encuentro extrañamente relajante. Es útil, porque uso crema batida para todo tipo de postres, desde helado de maíz sin batir hasta tarta de lima, o incluso sola con algunas bayas de temporada o una cucharada de mermelada.
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Claro que se puede comprar crema batida en lata para colocar sobre el postre, pero hacerla no lleva mucho tiempo y permite personalizar el sabor de la crema y el grado de dulzor. Todo lo que necesitas es crema espesa.
Saca la batidora o el batidor de globo
Puedes hacer crema batida fácilmente con una batidora de pie, pero funciona igual de bien con una batidora de mano eléctrica o con un batidor de globo de los de toda la vida. Asegúrate de elegir un tazón lo suficientemente grande y profundo para que la nata no salpique mientras la bates, recuerda que estarás añadiendo aire a la crema y aumentando su volumen. Al fin y al cabo, la crema batida no es más que crema espesa montada con aire. Si no tienes batidora o ni siquiera un batidor, aquí tienes un truco de Justin Chapple, de F&W: Puedes hacer nata montada agitando un tarro de cristal.
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Mide la cantidad de crema
Una taza de crema espesa equivale a unas dos tazas de crema batida. Utilízalo como regla general. Para cubrir un pastel, normalmente necesitarás una taza de crema espesa sin montar. Asegúrate de utilizar crema espesa en lugar de crema ácida o semidescremada, que no se montarán igual (si es que se montan).
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Asegúrate de que todo esté frío
¿La clave para que la crema batida no tarde una eternidad en hacerse? Mantenerlo todo frío. No saques la crema del refrigerador hasta que vayas a utilizarla. Si tienes tiempo, puedes meter el tazón en el refri o en el congelador durante diez minutos antes de montarla para asegurarte de que todo esté bien frío. Si no tienes tiempo, también puedes colocar el tazón con la nata en un tazón más grande con hielo para mantener el frío.
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Endúlzala
Si prefieres crema batida azucarada, añade el azúcar con la crema antes de empezar a montarla. El azúcar en polvo es la mejor opción, ya que el azúcar regular puede hacer que la nata quede granulada. Una cucharada sopera por taza de crema espesa sin montar la hará ligeramente dulce, pero si te gusta mucho más dulce, añade hasta dos cucharadas más.
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Personalízala con otros sabores
La crema batida también es un gran vehículo para sabores y extractos. Para una crema batida de vainilla, añade media cucharadita de extracto de vainilla a la crema antes de empezar a montar. Pero no tienes por qué detenerte ahí: extractos de almendra, coco, café o naranja harán que quede igual de delicioso. Puedes probar cualquier sabor que creas que combina bien con el postre que vas a servir. También puedes añadir una cucharada de bourbon o ron, como en esta crema montada al bourbon servida con Georgia Peach Pie.
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Bátelo
Una vez que tengas la crema, los aromas y el azúcar en el tazón, el siguiente paso es sencillo: ¡Montarla! Utiliza una batidora de pie o de mano a velocidad media hasta que veas que la crema empieza a mantener las huellas de las aspas de la batidora. Si sacas la batidora o el globo de la mezcla y ves picos en su extremo, la crema estará montada. Si los picos se desploman, está ligeramente montada. Para obtener una crema batida más firme, bate hasta que los picos se levanten y mantengan su forma cuando retires el batidor de la crema. Cuando llegue a ese punto, detente: si bates demasiado, obtendrás mantequilla, no crema batida.
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Estabilízala con una cucharada de yogur
Si alguna vez has guardado crema batida en el refrigerador durante la noche, puede que notes que empieza a desinflarse. Para evitar que baje, cuando la preparas con antelación, añade una cucharada más o menos de yogur griego o crema agria a la crema espesa antes de montarla. Esto ayudará a estabilizar la crema para que mantenga su forma durante más tiempo. Asegúrate de disfrutar de cada cucharada en un plazo de cinco a siete días.
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