El tradicional Café Trevi de la Alameda Central cerrará sus puertas

Tras una batalla legal por la venta del edifcio, el sextenario Café Trevi cerrará sus puertas para dar paso a un coworking.
cafetería trevi

Esta esquina de la Alameda Central se quedó en la década de los cincuenta. Escrito en tipografía roja y blanco, el icónico letrero de Café Trevi da la bienvenida a los comensales acompañado de su estridentes luces neón. Adentro las mesas y sillas combinan con el exterior y en el menú una mezcla de platillos italianos como pizza y lasaña, que delatan el origen del primer dueño. Con los años se fueron sumando platillos mexicanos como flautas y molletes con pollo desherbado. 

Si bien su sazón no es inolvidable, la estética del lugar sí. Pero Café Trevi cesará de existir en agosto. Hace un par de años el edificio fue comprado por un coworking y aunque los residentes originales pelearon el acuerdo, a inicios de julio anunciaron que tendrían que desalojar. Tras 65 años este refugio carmesí cerrará sus puertas.

La historia del lugar se remonta a otra era del Centro Histórico y a la llegada de Franco Pagano, un migrante italiano que abrió la cafetería y la nombró en honor a la Fuente de Trevi de su natal Roma.

Tras el sismo del 85, Pagano vendió la cafetería a quien entonces era el gerente José Luis Dávalos y regresó a Italia. Dávalos llevaba 28 años trabajando en la cafetería y sigue siendo el dueño del lugar, aunque ahora su sobrino se encarga de la gerencia.

En redes sociales hay lamentos sobre esta pérdida histórica para dar paso a la modernidad. El cierre de Café Trevi viene cargado de nostalgia, no obstante el espacio quedará por siempre plasmado en las decenas producciones de las cuales formó parte. En los momentos históricos, como cuando Fidel Castro y el Che Guevara se sentaron a tomar un café en esas mismas sillas que continúan decorando en el salón.