Hay momentos en que la marea baja y la arena de suave textura deja que se liberen las conchitas que los niños suelen recoger en las playas más bellas de nuestro país. Las sonrisas y la mirada infantil es algo que prevalece con los años y el mar, que se aleja con suavidad, en ocasiones regresa con enorme fuerza golpeando la playa y desordenando caracoles y pequeñas piedras.
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Con marea alta y baja, la luna juega a hacer presencia, y fue así como en una noche reciente, la chef Lula Martín del Campo convocó a Marcela Bolaño, Bianca Castro y Luis Osuna para que juntos provocaran la llegada de una sutil ola de mar con un menú bien diseñado en la primera cena de Acentos del Mundo.
En el restaurante Marea, cuya cocina dirige la chef Martín del Campo, queda claro que el sabor de mar se disfruta entre la enorme calidad y la pesca responsable, por eso no podía faltar la cocina de Luis Osuna del restaurante Cayena en Culiacán, quien es conocido en Sinaloa y el resto de México por su forma de usar productos de mar de alta calidad. El plato entregado fue la sopa de ostiones de placer, requesón y rajas que estará en la carta de Marea durante una breve temporada.
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La chef Lula cocinó un camarón zarandeado con adobo seco cuya cocción perfecta enaltecía el producto de las costas de México. La magia dulce de la noche alegre vino de la mano de dos ciudades con muchos kilómetros y extraordinaria cercanía. Marcela Bolaño, que llegaba de San Miguel de Allende, y Bianca Castro, que viajó desde Mexicali, ofrecían técnica y sabor bien equilibrado con dos postres diseñados, uno con emocionante chocolate y el otro con la zanahoria impregnada de recuerdos de infancia.
En la memoria anclada en mi cabeza, me es fácil recordar la marea baja como sinónimo de paz en las noches de playa, sin embargo, la inquietud y alegría de Marcela, la risa franca de Bianca, el humor lleno de carcajadas de Luis hacían que la luna llena se acercara a ver lo que ocurría en el local de la colonia Roma y la marea que crecía en la noche larga, nos daba golpes de fuerte energía, donde Lula Martín del Campo, nos enseñó una vez más, que la elegancia marinera de una capitana con voz suave y destino claro, puede hacer de una cena especial, el ancla de la memoria eterna, de cuando los amigos se juntan a cocinar, entregando el alma en cada sabor, en cada plato y en cada instante donde el objetivo es claro: Aquí se cocina con gusto y con acento en el cariño.
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Diría el poeta y diplomático Andrés Ordoñez, “La vida, llega como en olas de mar… así llegas tú, amplia a veces, a veces repentina.” Es por ello que aguardamos con vista al frente, la siguiente ola de mar en Marea Restaurante de Mar, que seguro generará nuevas emociones.
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