“¿Quién necesita adoptar una dieta antiinflamatoria? Todo el mundo”, dice Barry Sears, creador de la dieta The Zone y especialista que ha pasado décadas estudiando la inflamación crónica.
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La inflamación estomacal puede ser provocada por diversas causas, la acumulación de líquidos, gases en el intestino, síndrome premenstrual, intolerancia a la lactosa o por consumir alimentos con alto contenido de fibra. Imaginemos que el abdomen es un globo, dependiendo de los alimentos que le proporcionemos a nuestro cuerpo puede que se infle o se mantenga en su tamaño original. Lo cierto es que la desinflamación abdominal casi nunca sucede. La dieta occidental va en contra este proceso. Estamos inflamando nuestros cuerpos una y otra vez, pero a través de la alimentación se pueden generar cambios en el sistema.
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¿Cómo hacer un cambio?
La dieta antiinflamatoria consta de tomar mucha agua, una dosis diaria de frutas y verduras sin almidón, que están llenas de antioxidantes y ayudan a la digestión. La proteína es esencial, y los pescados grasos son los recomendados, ya que son una gran fuente de Omega. 3. Las legumbres como la alfalfa, el garbanzo, chícharos, habas y nueces ayudan a que tu cuerpo tenga la sensación de estar satisfecho. Además se recomienda hacer ejercicio por lo menos dos veces por semana.
Los alimentos que se deben evitar a toda costa son las harinas y azúcares refinados, los lácteos, los aceites vegetales y las carnes rojas.
¿Cuáles son los beneficios?
No solo son beneficios que te ayudarán a bajar de peso, según Frank Hu, MD, profesor de nutrición y epidemiología en Harvard la inflamación puede ser la causa de enfermedades cardiovasculares y gastrointestinales. Al adaptar este tipo de dieta estarás previniendo problemas como la artritis, alergias, diabetes, enfermedades del corazón, disminuirá tu ansiedad y depresión.