Posada 1970 es un hotel en el barrio de Chapalita. Un epicentro de la vida cultural y gastronómica de Guadalajara que vivió sus primeros años de gloria en la década de los setenta, justo cuando México estaba en el foco de los reflectores como sede de la Copa del Mundo.
Sin perder la esencia y el aire colonial, este hotel se ha transformado por completo. Hoy, al centro de todo está la comida, con el restaurante Jal by Hueso como gran protagonista y una propuesta apegada a los sabores francos de los productos locales que rinde homenaje, sin caer en lo folklórico, a los platos que respaldan la fama de la cocina tapatía.
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El menú es una colaboración entre el los chefs Poncho Cadena y Gilberto Covarrubias, es común encontrarse con quelites como el epazote y el cilantro adobos de chiles ancho, mirasol y cascabel, birote salado (el único, original e indispensable para las tortas ahogadas) y productos estrella como los quesos oreados de Tapalpa que dan personalidad a platos como la ensalada capresse de la casa, al lonche (el nombre local de las tortas) de papada de cerdo, las croquetas de carnitas o los tacos de cachete.También te puede interesar: México es el país con más restaurantes dentro de la lista de los 50 BestManos artesanasLas habitaciones y las áreas comunes del hotel tienen marcados acentos locales como las cabeceras de las camas hechas por ebanistas de Tlaquepaque y bordados de la ropa de cama hechos por una asociación de mujeres dedicadas a los textiles.Noche de tacosEn el bar del hotel, ubicado con atino en la terraza del último piso, el menú está dedicado a los tacos: de embutidos hechos en casa (como el de chorizo), flautas súper crocantes de pollito rostizado, golosos como el de barbacoa de pato o con un corazón vegetariano como el de berenjena o el taquito sudado relleno de cebada.El salvavidasPara trasnochados, el room service sirve tortas ahogadas (con una cervecita) entre las 11 de la noche y las 3 de la mañana. De nada.