

Esta dupla nace como resultado del talento, los viajes y la pasión por la gastronomía. Chris y Emme se dieron una segunda oportunidad cada quien por su lado y de ahí, como los presagios de un oráculo, encontraron su propio camino en Taverna.
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Chris es una mujer vibrante y amable, dice que la gastronomía la encontró y no al revés: Yo estudiaba Arquitectura, pero no era feliz, así que decidí darme un tiempo para pensar las cosas, cuenta esa cocinera de ojos azules y enorme sonrisa. Una de las cosas que la hacían salir de la cama era preparar el desayuno, luego la comida, quizá invitar a alguna amiga y prepararle la cena. Su vida comenzó a girar alrededor de la comida y fue así como terminó por entregarse a la gastronomía. Primero con cursos y luego viajando y trabajando. Trabajé en el Blue Hill, en Nueva York, luego me fui a Europa, Tailandia y Australia a cocinar, nos cuenta.

En el caso de Emme, nos cuenta que no sabía que quería ser chef, aunque siempre le gustó cocinar y tenía la gastronomía rondando para compartir con su familia y amigos. Él estaba estudiando Negocios cuando decidió abandonar la carrera e irse a cocinar a Brasil. Siempre he sido muy creativo y la cocina me permitía conocer mucho de la cultura de los lugares a los que llegaba, revela este joven cocinero, cuyo espíritu aventurero lo ha llevado a dar la vuelta por el mundo: En México empecé con el proyecto de Mesa Nómada, que era un pop-up de experiencias gastronómicas donde había más que comida, buscábamos buen vino, hacíamos una selección súper curada de música y arte, revela. Fue en ese punto que se conocieron, pues un día Chris llegó a cocinar para Mesa Nómada y fueron descubriendo lo mucho que tenían en común.
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Taverna fue un regalo de la pandemia. Cuando llegó la pandemia se frenaron muchos proyectos, entre ellos Mesa Nómada. Nuestros actuales socios nos llamaron porque querían montar un restaurante italiano y querían que les diéramos referencias de chefs italianos al final les propuse que nosotros podíamos llevar a cabo el proyecto, pero más que comida italiana nos queríamos enfocar en una propuesta mediterránea, cuenta.

De ahí las cosas fluyeron: Para mí era un sueño que el restaurante estuviera en esta casa, dice Chris. Su propuesta gastronómica abarca clásicos y sabores menos conocidos del Mediterráneo, donde el fuego, la leña y el humo son fundamentales, así como el producto mismo. Puedes encontrar dátiles rellenos de chorizo, jabalí, risotto, pasta, buen vino y muchos vegetales. Se enfocan en ahumados en frío, con temperatura, cocciones lentas, sellados y preparaciones a la parrilla.
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