La hoja santa, hierba santa, acuyo, tlanepa, alaján o momo es una planta aromática que se utiliza increíblemente en la gastronomía oaxaqueña por su sabor anisado. Crece en lugares húmedos, de forma silvestre, aunque también se cultiva en huertos familiares. Es originaria de México, se utiliza para dar sabor a varias preparaciones como tamales, caldos, guisos de res, cerdo, pollo, pescado, e incluso chocolate. Si eres amante de esta planta y quieres o estás cultivándola en casa, te decimos cómo cuidar la hoja santa, para que puedas disfrutarla en platillos caseros.
La hoja santa es una planta cuyas hojas verdes tienen forma acorazonada, con una textura suave y delgada, y dependiendo el lugar y la zona donde crezca, pueden llegar a medir de 12 a 25 centímetros de diámetro. Generalmente, los acuyos que se cultivan en departamentos o huertos caseros no crecen tanto, pero si lo llegas a plantar en el jardín de tu casa, tendrás resultados diferentes, por las condiciones climáticas naturales.
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Así pues, para comenzar hay tres maneras. Puedes hacerlo plantando la hoja santa con semillas, comprándola en algún vivero, o bien ayudándote con un esqueje, hijuelo o “pie”. Si optas por la primera alternativa, lo más importante es que tu maceta tenga el drenaje y la tierra adecuadas. Busca macetas con agujeros en la parte de abajo, las de plástico pueden ser muy útiles, aunque también funcionan materiales como barro o cerámica; lo que queremos es que el agua no se quede estancada y pueda ahogar a tu hoja santa.
Asimismo, debes colocar una capa de tierra por otra de hojas secas, al llegar a la última capa de tierra, coloca las semillas bien distribuidas. Ojo, es importante que sepas que a esta planta no le gusta compartir espacio con otras, y que la mejor temporada para sembrarla es en junio o julio por el clima. Comenzarás a ver su crecimiento hasta dentro de cuatro meses, así que cuídala con paciencia y no te desesperes.
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¿Cómo cuidar una hoja santa?
Coloca tu hoja santa en un lugar templado y de preferencia húmedo. Esta planta no reacciona bien con la luz directa del sol, por lo que lo ideal es buscar algún lugar con sol indirecto o semisombra —sin que a temperatura sea menor a 9 ºC porque también podría quemarla el frío—, pues es una planta muy sensible a la luz.
La recomendación general es regarla una vez al día; es una planta que ama la humedad y no soporta la sequedad, aunque, como todas las plantas, pueden adaptarse al lugar donde se encuentran. ¿Cómo te puedes dar cuenta de cuando necesite riego? Cuando las hojas comiencen a verse “apagadas” y se orienten hacia el suelo, es señal de que necesitan agua. Otra opción es tocar el sustrato, si está seco, riégalo. Puedes usar un atomizador para mojar las hojas, además de regar la tierra normalmente. Recuerda que la hoja santa puede ser atacada por pulgones, cochinillas y arañas si no se riega con regularidad.
Abona tu hoja santa con composta en otoño, y no te olvides de aplicar fertilizante mineral dos veces al año; uno en primavera y el segundo, al iniciar el verano.
