Este bar es el complemento de Niich, uno de los restaurantes recién inaugurados de la Condesa. Ololo significa “reunión” en maya y, aquí, la fiesta comienza desde que se cruza el umbral de la puerta. La idea conceptual del espacio —a cargo del estudio Llave Maestra— es dividir la dualidad del día y la noche, misión que se cumple gracias a la decoración y el ambiente.
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Mientras que en Niich los colores son claros y crudos, en Ololo reina una gama anaranjada acogedora, de inspiración minimalista y detalles estilo mid-century. Este speakeasy elogia lo mejor que nos dejó la época de la prohibición del alcohol en Estados Unidos: espacios secretos, con carta abierta para experimentar con los tragos. Ese compromiso se honra ofreciendo coctelería de autor en manos del bartender Xchel Montoya.
La coctelería es minimalista, con presentaciones sencillas y limpias. Algunas opciones recomedables para probar son el T’u’ul, con zanahoria, jengibre, rye whisky y ginebra; el Kuxtal, con mezcal, Campari, una mezcla de chiles y vermut rojo; y el Cheëj, con guayaba, cáscara de café y tepache. Si prefieres pedir los clásicos, sin duda el negroni, el americano o un martini pueden saciar ese antojo.
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Ololo se une a la tendencia de los bares ocultos en los que para entrar necesitas invitación -o, al menos, una reservación—. Puedesencontrar un espacio exclusivo con una selección musical centrada en géneros como new disco, funk y electrónica, siempre pinchada por un DJ especializado, como Adrián Barreto o el proyecto Aeolus.
Chicontepec 57, Condesa, CDMX.
Ig: @ololo.condesa
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