
Como si se tratara de un lienzo en blanco, sobre la edición 2025 de Gran Ricardo se despliega una perfecta geometría donde la cromática de las uvas cabernet sauvignon, merlot, cabernet franc y petit verdot da forma a la mezcla bordalesa con la que se construye cada añada del vino emblemático de Monte Xanic.
Los colores, cuando están en armonía, producen belleza, y a veces hemos olvidado que la belleza existe en el mundo”.- Eduardo Terrazas.
Partiendo de la técnica wixárika de la tabla nierika —hebras de lana sobre cera que crean escenas narrativas y mapas sagrados que reflejan las visiones del chamán— y combinando los colores propios de cada uva que conforma la mezcla de Gran Ricardo, el artista tapatío e ícono del diseño mexicano Eduardo Terrazas imprime conceptos fundamentales de sus series Cosmos —que concibe el universo como un espacio sagrado, cíclico y vivo— y Diagonales —donde las diagonales simbolizan los flujos invisibles del universo: trayectorias, vibraciones y fuerzas que sostienen el equilibrio del todo— para interpretar el terruño del Valle de Guadalupe.
Monte Xanic y su impacto sustentable
“Mira por la ventana y podrás notar las diferencias entre todas las hojas que conforman la copa de un árbol; en el mundo no hay una igual a otra y sus colores siempre serán distintos. En los vinos ocurre lo mismo, esa expresión única se manifiesta en las posibilidades de una estructura. El Cosmos se expresa en todo el universo a través del color”, explica el arquitecto y coautor del logotipo de los Juegos Olímpicos México 1968.
En un claro paralelismo con su obra, Terrazas alude a la interconexión del mundo y la relaciona con los procesos agrícolas y enológicos que hacen posible la elaboración del vino ícono de la bodega.

“Llegué a la estructura Cosmos a partir de la cromática de la naturaleza, para entender el mundo en el que vivimos. El Cosmos tiene un eje horizontal que expresa el eje de los infinitos, la bóveda celeste, lo que nos rodea. Junto con un profesor de Matemáticas de la Universidad de Oxford, decidimos incluir las cuatro fuerzas del universo, de las que surgieron múltiples posibilidades de estructura”, explica el artista.
La interconexión del mundo es realmente lo que somos, y en el vino cada factor importa: cosecha, clima, barrica, tierra. Todo contribuye a que cada vino tenga su particularidad. La obra habla de esa interconexión y de todas esas variables. En ese sentido, es un encuentro muy fértil entre sus ideas y Monte Xanic, señala Paola Santoscoy, curadora de arte del proyecto Gran Ricardo 2025.
Una nueva expresión del terroir: Monte Xanic Syrah 100% orgánico
“Esta caja de arte no solo acompaña una botella: es una pieza que celebra la relación entre estructura y sensibilidad, entre el arte y la tierra, entre el color y la memoria de las uvas. Un gesto que reafirma el compromiso de Monte Xanic por impulsar proyectos que amplían la mirada sobre el vino mexicano y lo sitúan donde pertenece: en diálogo con las expresiones culturales más relevantes de nuestro tiempo”, puntualiza Aletia Salas, directora de comunicación de la bodega.

A lo largo de seis ediciones anteriores han participado artistas como Pablo Vargas Lugo, Sofía Táboas, Jorge Méndez Blake, Livia Corona y Magali Lara. En 2025, la obra de Eduardo Terrazas suma una perspectiva donde la geometría y el oficio artesanal amplían la relación entre vino y lenguaje visual, consolidando este proyecto como un puente entre el vino mexicano y una de las expresiones más significativas del arte contemporáneo.
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