Noble envuelve la cocina de raíces valenciana en una estética fastuosa

El restaurante Noble deslumbra desde el primer vistazo: su decoración exuberante arropa una cocina que rinde homenaje a la tradición valenciana. En el centro de Valencia, este proyecto conjuga sofisticación decorativa y memoria gastronómica.

Una escenografía que deslumbra sin competir con los actores

Nada más entrar en Noble, uno se ve envuelto por un espacio espectacular. El interiorismo, firmado por Pablo Peyra Studio, se inspira en los clubes neoyorquinos de los años 20: maderas oscuras, tapizados profundos, papeles pintados y juegos de iluminación que sumergen en una atmósfera envolvente. La estética es fastuosa, con vocación escenográfica.

Noble fue seleccionado para los prestigiosos Restaurant & Bar Design Awards. Aunque no llegó a la lista final, su inclusión lo posiciona entre los restaurantes más bellos del momento.

Pese al derroche decorativo, todo favorece el disfrute: buena acústica, comodidad y ambiente acogedor. La experiencia está diseñada de principio a fin, incluyendo una selección de juegos de mesa para la sobremesa. El espacio cuenta con reservados íntimos para mayor privacidad.



Cocina de raíces profundas y tiempos pausados

La cocina que propone Noble bajo la batuta de los chef José Cifre y Ángel García, es una reivindicación del sabor tradicional, ejecutado con mimo y con un cierto aire afrancesado. La estrella de la carta es una paella de receta clásica, que solo se sirve por encargo y requiere tres horas de preparación: el caldo se cuece a fuego lento, como antes, y ese respeto por los tiempos se nota en cada cucharada.

Paella de receta clásica

La carta no teme adentrarse en terrenos menos comunes: la tosta de sesos ahumada, con una textura sedosa que recuerda al foie fresco, es un ejemplo de cómo la casquería puede elevarse a una experiencia gourmet. Otro plato que refleja esta combinación de tradición y técnica es el steak tartare, servido sobre brioche y acompañado de una delicada salsa bearnesa, que aporta redondez y profundidad al conjunto.

Los arroces son otro de los grandes pilares del restaurante. El de gamba roja y tuétano es memorable: el tuétano se sirve esparcido por encima, aportando una untuosidad que supera incluso al mejor alioli. Junto a estos platos, aparecen otros con igual carácter, como la croqueta de torreznos, las alcachofas con crema de foie y yema curada o, como parte de su apuesta por la cocina de raíz, Noble recupera clásicos como el all i pebre de anguila, el cocido tradicional o una reconfortante sopa de cebolla, elaboraciones que reivindican el sabor de lo sencillo bien hecho.

Los últimos añadidos otoñales son grandes platos de cuchara como el Guiso de manitas con garbanzos, un plato que recupera la cocina más humilde y la eleva con matices actuales, y el Arroz caldoso de fesols i naps, elaborado con arroz Albufera y caldo de pata de ternera blanca. Tampoco faltan combinaciones de mar y huerta como el Arroz de bacalao y coliflor con su pilpil, o pescados de temporada como el Rodaballo con beurre blanc al moscatel y
la Corvina al miso blanco con coliflor.

Corvina al miso blanco con coliflor

La carta mantiene ese espíritu de “tiempo pausado” que define la casa: platos que se cocinan sin prisa, con guisos que reconfortan y arroces que invitan a compartir.

Y para cerrar llega el carrito de postres, un gesto sencillo pero lleno de encanto que se pasea entre las mesas y es un detalle que encandilará a más de uno. Ofrece una selección cuidada que incluye clásicos y modernos —Tocinillo de cielo, Flan parisien, Fuet de chocolate, el Baba cremaet, inspirado en el clásico café valenciano, o el Coulant de chocolate blanco con fruta de la pasión – que ponen el broche goloso a una experiencia que sigue apostando por el detalle y la nostalgia bien entendida. Cuando lo acerca a la mesa, resulta difícil no sonreír: es un cierre bonito, pensado para disfrutar como niños golosos. Lo siguiente también sorprende gratamente: una carta de juegos de mesa, disponibles para entretenerse – sin prisa – en la sobremesa.

Vino, tiempo y memoria

Completa la experiencia una bodega bien surtida y pensada para maridar con una carta llena de intensidad, con que vinos acompañan con acierto desde los guisos hasta los platos más delicados.

Detrás del proyecto están Grupo Empieza el Baile y Grupo Jugando con Fuego, responsables de espacios como Flama, Jenkin’s o Living Bakkali. En Noble han unido fuerzas para ofrecer una experiencia que es viaje al pasado culinario y celebración del presente.

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Sigue a la autora: @lauragrani1