¿Será que las variedades extintas de uvas son más resistentes a los cambios climáticos actuales? Movidos por un sentimiento de investigación y sostenibilidad, Familia Torres presenta dos vinos con varietales ancestrales, uno de ellos es Forcada, una variedad blanca de marcada acidez, incluso mayor a los Albariños de Rías Baixas. Por otro lado tenemos la Pirene, que crece a 950 metros de altura, también llamada el Pinot Noir de los Pirineos.
También puedes leer: Vinos sicilianos: la exaltación de lo local
La recuperación de variedades ancestrales es un proyecto único de la Familia Torres. Lo inició Miguel A. Torres a principios de la década de 1980 con la intención de descubrir cepas sobrevivientes a la filoxera que había devastado su viñedo europeo a finales del siglo XIX. Hoy, la quinta generación está impulsando este proyecto con fuerza y con la ambición de elaborar vinos únicos a partir de variedades olvidadas que sean capaces de emocionar. Son pequeñas joyas enológicas que destacan también por su resistencia a la sequía y las altas temperaturas, lo que las hace especialmente interesantes en el nuevo escenario climático. De las más de 50 variedades recuperadas a día de hoy, sólo seis son las que acaparan la atención de la bodega.
También puedes leer: Bodegas Domecq, 50 años liderando el vino mexicano
“Es un proyecto muy complejo, para recuperar una variedad ancestral uno tarda unos 14 años, no es una cosa rápida. Hay que encontrarla primero, normalmente son variedades que crecen en estado salvaje subiéndose por los árboles. Es como un trabajo entre la arqueología y la viticultura”, menciona Miguel Torres Maczassek, director general de Familia Torres.
La Familia Torres ha tenido un lema durante varias generaciones y es trabajar la tierra con el máximo respeto, porque es necesario una nueva forma de entender el vino para hacer frente al cambio climático. Por ello fomentan la investigación e implementan la viticultura regenerativa, beneficiosa para las viñas y el planeta.
También puedes leer: ¿Qué son los vinos radicales y por qué son tendencia?
“Lo que nos proponemos en Torres con la viticultura regenerativa, es pensar en la viña como un bosque, que no sólo sean las cepas las que crezcan ahí, sino que crezcan muchas otras cosas. Ya no existen las malas hierbas, ahora las queremos y que crezcan juntamente con las vides. Estas plantas absorben el carbono, lo fijan en el suelo, para mejorarlo, volverlo más resiliente, esponjoso, con mayor captación de agua, además de protegerlo ante las altas temperaturas del sol. No me imagino la viticultura en el futuro sin que sea regenerativa” cierra Miguel Torres.
También puedes leer: Vino naranja: regresa una variedad ancestral al gusto mexicano
Síguenos en: Facebook / Twitter / Instagram / TikTok / Pinterest