La Denominación de Origen (D.O) es un sello o nombre que se le da a ciertos productos elaborados en una zona geográfica específica. Es un reconocimiento que protege a un alimento o producto y lo diferencia de otros, principalmente por sus costumbres de producción o ingredientes específicos, lo que los vuelven productos con características únicas, que no se pueden reproducir de la misma forma en ninguna otra parte del mundo.
En México hay 15 productos con denominación de origen, entre los que destacan el tequila, el mezcal, el arroz de Morelos y la vainilla de Papantla. Sin embargo, en el mundo existen cerca de 10,000 denominaciones de origen legalmente protegidas, de las cuales 6,000 se encuentran en la Unión Europea, por ejemplo el queso manchego, el queso roquefort, el vino Rias Baixas o la Champagne. Mientras que Japón entre los productos que están protegidos por su lugar de origen se encuentran el whisky, la carne kobe y el melón de Yubari.
A continuación hablaremos de por qué estos tres productos tienen un sello distintivo que protege estos productos cuya calidad y características particulares es innegable.
Whisky
Estrictamente no tiene Denominación de Origen, aunque por el mercado y características propias del whisky, se ha optado por señalar su procedencia debido a las diferencias que existen entre el single malt, el whiskey irlandés y el whisky escocés. Aunque el primer whisky japonés se elaboró en 1870, y la primera destilería, Yamakazi, se fundó en 1924, esta década las maltas japonesas se han puesto de moda en verdad.
En 2003 se estrenó la película Lost in Translation, donde Bill Murray anunciaba “For relaxing time make it a Suntory Time”. Ese año el Yamazaki de 12 años producido por Suntory fue el primer whisky nipón en ganar el premio más importante del International Spirit Challenge. De ahí le han seguido otros más, como cuando el Yamazaki Single Malt Sherry Cask 2013, envejecido 15 años en barricas de roble utilizadas para el jerez, fue nombrado “mejor whisky del mundo” en el 2015, por la Jim Murray’s Whisky Bible. Además, el whisky japonés se precia de utilizar aguas de manantiales para su elaboración, mayor altitud en las destilerías, así como el uso de distintas maltas, incluyendo algunas escocesas que se fermentan en Japón.
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Carne kobe
Desde 2015 se aprobó la Denominación de Origen para la carne wagyu con origen en Kobe. Este sello permite identificar a productos procedentes de esta zona de producción y sancionar a usurpadores con multas. Aunque el sello es válido en Japón, no necesariamente se extiende al resto del mundo.
¿Qué hace diferente a esta carne? Bueno, pues proviene de vacas Tajima-gyu certificadas por el Consejo de Distribución y Promoción de Carne de Kobe en Hyogo. El animal debe cumplir con especificaciones, por ejemplo, ser una hembra virgen o un macho castrado, tener una matrícula de 10 dígitos, alimentarse de la mejor paja, arroz, maíz y cebada y hay teorías de que se les masajea con sake para disminuir el estrés y mejorar el sabor de la carne. Además, para garantizar su autenticidad, debe tener un sello con forma de crisantemo y tener el certificado de autenticidad con el número de identificación del animal.
En México, el restaurante Deigo fue el pionero en ofrecer carne Kobe certificada. Recientemente este lujoso manjar se ofrece en este lugar acompañado de láminas de oro comestible y vegetales, en una una parrilla calentada por piedras.
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Melón de Yubari
A partir del 2015, Japón también presentó su solicitud para proteger con denominación de origen a los melones producidos en la ciudad de Yubari, en Hokkaido.
El melón Yubari es apreciado porque tiene características especiales: forma redonda, piel casi lisa, sin imperfecciones y con una pulpa de color anaranjado. Se elabora en invernaderos con un sistema de riego muy complejo, donde se controla la temperatura, la humedad y la pureza del agua. La cosecha de melón es un asunto serio. Hay familias con más de 60 años de tradición que se dedican al cultivo de melón de Yubari.
Este melón nace luego de haber mezclado el melón Cantaloupe picante americano con uno europeo, por lo que su sabor es dulce y ligeramente picante. Normalmente se venden en pares y cada año se subastan los primeros melones de la temporada, cuyo precio en 2019 llegó a los $45,000 dólares. Por lo general, es adquirido como trofeo por algunas empresas, aunque conforme avanza la temporada los precios se ajustan, sin que jamás deje de ser un producto de lujo. Esta fruta generalmente se obsequia a familiares o amigos como sinónimo de respeto y agradecimiento.