Su origen proviene del árbol del pistacho o pistachero, conocido como alfónsigo o alfóncigo. El árbol Pistacia vera fue plantado por primera vez en Asia occidental, es originario de Siria y se cultiva en Irak, Irán y Túnez, de acuerdo al Pequeño Larousse Gastronomique en Español. En México existen especies nativas de pistache en Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila y Veracruz.
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Lo que conocemos como pistaches es el fruto seco, que sale de la semilla del árbol, cuya cáscara exterior se endurece y se agrieta para dejar que se asome su fruto en forma ovalada color verde pálido, cubierto de una cáscara fácil de romper.
El costo de los pistaches suele ser de entre 500 y 700 pesos el kilo, esto se debe a que su proceso de producción es lento. El árbol pistachero necesita entre 5 y 7 años de crecimiento sin producir frutos. De hecho, a partir de los 10 años de su plantación, es cuando este árbol empieza a producir mayores cantidades de pistaches. Esto responde también a que es un árbol muy longevo y puede llegar a vivir hasta 300 años, aunque actualmente el promedio de vida del pistachero es de 100 años debido a su explotación.
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Los pistachos son muy nutritivos, contienen grasas saludables, además de potasio, fósforo y vitamina B6. Su consumo ayuda a regular el azúcar en la sangre, son ricos en antioxidantes, reducen el riesgo en enfermedades como el cáncer.
El sabor de los pistaches es delicado y ligeramente dulce. Este fruto seco puede incluirse en ensaladas, repostería, cremas heladas y postres helados. Puede utilizarse para rellenos dulces o salados. Combina bien con ternera, cerdo y aves. Aquí te dejamos algunas recetas: Pappardelle con pollo y pesto de menta-pistaches, Palomitas con pistaches y ajonjolí glaseado y una corona de cerdo.