Si te gusta el vino espumoso seguramente ya conoces opciones como el cava, el champagne o el prosecco. Y una gran alternativa para disfrutar de todo el mérito técnico y la burbuja (y, no menos importante: sin que pese tanto en la cartera como al comprar una botella de champagne) es el crémant.
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Para entender este vino hay que hablar sobre las Denominaciones de Origen; este término, que tiene consideraciones legales dependiendo de cada país o región, reconoce a un producto a partir de su origen. Por ejemplo, el tequila depende de las condiciones climáticas de donde crece el agave, y de las condiciones culturales de las personas que lo transforman. Por eso, este producto es lo que es gracias a su origen. Lo mismo ocurre con todos los productos con DO, o AOC (Appellation d’Origine Contrôlée), como la conocen en Francia.
Así, el champagne es un producto con AOC: debe sus características a la región en donde se produce. Y, como un vino espumoso producido fuera de la región de Champagne no se puede llamar así, se creó la AOC Crémant.
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El champagne y el crémant están hechos con el mismo método, conocido como tradicional o de segunda fermentación en botella. De esta forma, la burbuja que encontramos en la copa se obtiene de manera natural, y se forma dentro de la botella. Otras formas de obtener el gas carbónico pueden ser con la segunda fermentación en el tanque o con inyección de gas, pero, definitivamente, la burbuja que se aprecia mejor es aquella obtenida con el método tradicional.
A diferencia del champagne, que, por regulaciones de la AOC se debe producir con Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay, el crémant tiene más opciones en cuanto a uvas, se hace con Pinot Blanc, Pinot Noir, Riesling, Pinot Gris, Auxerrois, Chardonnay, Chenin Blanc, Cabernet Franc, Sauvignon Blanc, Aligoté y Mauzac, dependiendo de su zona de producción.
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El crémant se elabora en Alsace (el lugar de mayor producción), Burgogne, Loire, Limoux, Jura, Bordeaux y Die. Y en definitiva es una gran opción para probar unas burbujas con todas las características de calidad pero sin gastar tanto y, de paso, conociendo regiones vitivinícolas no tan populares.
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