Al cocinar pescado, todo empieza desde que vas al mercado, ahí es donde debes verificar que esté fresco y que huela bien. Cuando lo compres adquiere la pieza completa y cerciórate que sus ojos se vean claros y cristalinos, tiene que oler a mar. Pero si lo tuyo no es comprar el pescado así, pídele al vendedor que te lo corte al momento y guarda el resto para hacer algún caldo.
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Dependiendo del tipo de pescado y forma en que lo quieras cocinar (al grill, frito, en el sartén o pochado), evita cocinarlo como si fuera carne. Es un producto muy delicado y se puede sobrecocer muy rápido.
¿Qué no hacer?
-Un error muy común es que después de cocerlo, lo dejemos en el sartén, esto sólo provoca que la cocción siga y que el resultado sea un pescado seco y sin jugo.
– Al cocinar pescado con piel, colócalo de manera que la piel quede el sartén, esto hará que la pieza se mantenga completa y le dará ese extra cruch al morderlo.
¿Cuándo está listo?
-Sea cual sea la pieza, sabrás que está listo cuando su color se torne más opaco (sin rastros de líquido) y se puedan ver las hojuelas o láminas de pescado bien marcadas. Al morderlo, prácticamente se tiene que deshacer.
-Para comprobar que está bien cocido, puedes introducir un palillo largo de madera o un tenedor y picar el pescado con él, las hojuelas se deberían de ver y separar con facilidad.
-El pescado al que le falta cocción, se resiste al tocarlo con el tenedor y las separaciones entre lonja y lonja no son visibles.
-Recuerda que lo mejor es que esté suave y jugoso. Siempre verifica que la temperatura de tu sartén no esté muy alta.