Un buen merengue debe ser tan ligero como una pluma pero tan crujiente como un crumble. Esta receta es práctica y versátil. Prepara los merengues con antelación, guárdalos en un envase sellado y luego sírvelos con frutos rojos o como acompañamiento para un pay de limón.
También te puede interesar: 3 postres que no necesitan hornearse