
Desde tiempos prehispánicos en México se consumen insectos y tenemos una amplia variedad de ellos. A lo largo del país comemos chapulines, escamoles, hormigas, gusanos y chinches, sólo por mencionar algunos. Además de ser muy ricos en proteína, el sabor y la textura de cada uno de ellos es muy particular. Aquí los 5 que debes probar si deseas incursionar en el mundo de los insectos.
Chapulines
Los chapulines están presentes en muchas partes de México, como: Oaxaca, Chiapas, Hidalgo y Valles Centrales. Se pueden comer solos, con ajo y chile o para complementar algún platillo. Los puedes encontrar en restaurantes de la ciudad y con mucha más frecuencia en Oaxaca, aquí se comen en tostadas, tlayudas y memelas.

Escamoles
Los escamoles son las larvas de la hormiga güijera. Se encuentran sobre todo en Hidalgo, Tlaxcala y Guanajuato. Se comen en temporada de lluvias y tradicionalmente se guisan en mantequilla o manteca de cerdo con un poco de epazote o en la clásica sopa de escamoles de Santiago de Anaya.

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Hormigas chicatanas
Se encuentran en todo el país, pero principalmente en Oaxaca, son un tipo de hormiga voladora que se da durante la temporada de lluvias . Las tuestan en un comal de leña y se comen solas, también las muelen y las hacen en salsas y moles, o sobre tlayudas y tostadas.

Chinicuil o gusano rojo de maguey
Son las larvas de un tipo de mariposa, es parecido al gusano de maguey blanco. Sin embargo este es mucho más barato, su sabor es mucho más fuerte y es muy aromático. Abunda en Hidalgo, Tlaxcala y Oaxaca. Se come frito, seco y en sal. En Oaxaca, es se utiliza en el mezcal de gusano rojo.

Cocopaches o Shamues
Los cocopaches son típicos de Hidalgo y Tlaxcala. Son un tipo de chinche que habita en las plantas de las regiones semiáridas. Se comen solas o guisadas, tiene un sabor a madera e incluso un tanto dulce. Son muy crujientes por fuera y suaves por dentro.
