En la costa caribeña de la región de Miches en la República Dominicana está Zemi Miches Punta Cana All-Inclusive Resort. Está justo frente al mar en Playa Esmeralda con un tramo de playa virgen al norte de Punta Cana y es un verdadero sueño caribeño. Cuenta con instalaciones de primer nivel, playas tranquilas y sol prácticamente todo el año. Pero uno de sus atractivos más memorables es su gastronomía. Podrás disfrutar del sol, la arena y el mar con platillos excelentes y coctelería a la altura.
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Estos son los imperdibles para conocer el destino también a través de sus sabores en uno de sus restaurantes más icónicos: Toa.
Toa: la memoria taína servida a fuego lento
Toa emerge como una de las propuestas culinarias más interesantes del nuevo Caribe dominicano. Un restaurante que narra una historia.
Su nombre, Toa (madre o abuela en lengua taína) encierra el espíritu del lugar. Es un homenaje a la figura femenina como origen, cuidado y sabiduría. Se inspira en la leyenda de los niños que clamaban “Toa, Toa” buscando protección. Esa memoria colectiva se traduce aquí en una cocina que honra la tierra, el fuego y el producto local.
Una cocina de territorio y herencia
Bajo la dirección del chef Frankely Castillo, Toa construye una propuesta que dialoga entre tradición dominicana, técnicas contemporáneas y respeto absoluto por el ingrediente. El menú funciona como un mapa del país: mar, montaña y campo convergen en platos donde el protagonismo es siempre del producto.
La despensa local marca el rumbo: chivo, pescado fresco, pulpo de bahía, yautía, plátano, coco, ajíes criollos, cacao y ron dominicano. No hay artificios innecesarios; hay intención, equilibrio y profundidad.
Platos que cuentan quiénes somos
Desde las entradas, Toa deja clara su identidad. Uno de los favoritos: el Kibbeh Atabey, es elaborado con chivo braseado y hummus de auyama rostizada. Es un puente entre culturas y territorios. Otro gran platillo es el Atún de Zemi, que se acompaña de emulsión de ají y yaniqueque- Fresco y preciso, mientras que el ceviche de lambí con coco y mango rinde tributo a la costa.
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Entre los platos fuertes, destacan preparaciones que dialogan con el fuego y el tiempo:
- El pulpo de la Bahía Esmeralda, cocinado sobre carbón de coco.
- El mofongo Caonabo, robusto y aromático, glaseado con mamajuana.
- El risotto de chivo, donde el Brugal 1888 aporta notas profundas y elegantes.
- La dorada asada al fuego, con aguachile caliente de cubanela y encurtidos de naranja agria.
Platos que resumen la filosofía del restaurante: intensidad controlada, acidez precisa y respeto por el ingrediente.
Más allá del plato
Toa no busca reinterpretar la cocina dominicana desde la nostalgia, sino proyectarla hacia el presente con una mirada consciente y refinada. Cada preparación conecta con el paisaje que la rodea y con una herencia que se siente viva.
El uso del carbón de coco, las técnicas de braseado lento, los encurtidos y las emulsiones a base de ajíes locales construyen una experiencia sensorial completa.
El nuevo lujo: identidad y origen
En Toa, el lujo no está en la opulencia, sino en la autenticidad. En saber de dónde viene cada ingrediente y por qué está en el plato. En cocinar con respeto, memoria y propósito.
Es una cocina que nutre el cuerpo, pero también conecta emocionalmente con quien se sienta a la mesa. Una propuesta que confirma que la gastronomía dominicana vive un momento de madurez, identidad y proyección internacional.
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