
Cuando las recetas no especifican la cantidad que hay que integrar de sal, es muy fácil que se nos pase la mano. Si ya te pasó, seguramente para arreglarlo añadiste varias tazas de agua, y el resultado no fue bueno ¿cierto?
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Aquí te damos algunas opciones para solucionarlo de forma fácil y eficaz:
Con crema
Si estás dispuesto a darle un giro totalmente diferente a tu platillo, la crema es la opción. Esto ayudará a balancear el sabor y reducirá considerablemente es sabor a sal.
Más jitomate o tomate
Si es una salsa roja, tu mejor opción es agregar pureé de jitomate o una lata de tomates sin sal. Cuando es una salsa verde, la acidez del tomate balanceará muy bien el sabor. Verás que el sabor a sal, se neutraliza.
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Añade papa cruda o pan duro
Las papas crudas absorben mucha sal, añádelas y cuando estén “transparentes” retíralas. Si tienes pan viejo en tu alacena, también hará el mismo efecto, solo ten cuidado que no se empiece a desmoronar.
Duplica la receta
Si de verdad ya está muy grave la situación, lo mejor es que dupliques la receta (sin sal) y poco a poco vayas probando y ajustando el sabor.