
Desde Levico Terme, un rincón enclavado en la región italiana de Trentino-Alto Adigio, el visionario Ángelo Cetto trajo consigo el legado de tres generaciones dedicadas a la vid, iniciado por Francesco Antonio Cetto, hasta la península norte de México.
Bodegas Cetto: el vino mexicano más premiado continúa conquistando el mundo
Su herencia prosperó con fuerza en los fértiles valles de Baja California, consolidando una tradición vinícola que en 2025 comprende siete generaciones, mil 200 hectáreas cultivadas —en Valle de Guadalupe, Valle de San Vicente, San Antonio de las Minas y Tecate—, 10 líneas de vino, más de 38 etiquetas y más de mil medallas otorgadas por organismos nacionales e internacionales que avalan la calidad de sus vinos.

En el marco de su vendimia 2025, L.A. Cetto rinde homenaje a su historia con una celebración dedicada a los casi 100 años que la han consolidado como un pilar en la vitivinicultura nacional.
Por la buena cosecha
Tras la tradicional bendición de las uvas, el banquete de La Fiesta de Colores, enmarcado por el paradisíaco paisaje del Valle dio paso a la presentación oficial de las 38 medallas obtenidas durante el año —de las cuales 21 fueron Oro, Gran Oro o Doble Oro— a cargo de Luis Alberto Cetto, director general de la bodega. Destacó especialmente el reconocimiento como Bodega Mexicana del Año otorgado por el New York International Wine Competition, galardón que la casa ha conquistado por octava ocasión.
El Valle de Guadalupe: un refugio de vino, tierra y alma
Uno de los momentos clave de la jornada fue el anuncio del nuevo récord histórico en su acumulado de preseas: más de mil medallas obtenidas en concursos nacionales e internacionales.
La Fiesta de Colores es más que una tradición: es un homenaje a la tierra, a la uva y a nuestra historia. Estamos a pocos años de cumplir un siglo y seguimos celebrando con la misma pasión con la que comenzamos”, enfatiza Luis Alberto.
Mientras el sol teñía de dorado las uvas maduras del viñedo, más de mil 500 invitados alzaban sus copas al ritmo de Reily Barba. La noche se apoderó del ambiente entre luces y fuegos artificiales, culminando con un after-party animado por un DJ que dio cierre a la velada.

Viña Alegre y su expresión natural
El profundo cariño que Don Luis Cetto (1934–2022) profesó por los terruños de Viña Alegre se inmortaliza en la certificación orgánica que distingue a estas tierras enclavadas en una geografía única, casi aislada, como punta de lanza en la elaboración de vinos orgánicos de la bodega.
Vino Mexicano 2025: una copa de historia, calidad y accesibilidad
A través de la certificación California Certified Organic Farmers (CCOF) —que garantiza el cumplimiento de los estándares establecidos por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA)—, la bodega produce vinos orgánicos a partir de 90 hectáreas de parras de más de 35 años de antigüedad.
Usamos levaduras y nutrientes orgánicos, eliminamos pesticidas y fertilizantes sintéticos, y realizamos pruebas de trazabilidad en suelo, planta y fruta para garantizar la pureza del proceso”, detalla Sebastián Suárez, enólogo de la bodega.
Luis Ángelo Cetto, gerente de marca, reafirma el compromiso familiar con la calidad y la innovación, honrando sus raíces. “Este es un negocio romántico. No podemos cambiar cómo se hace el vino, pero sí podemos perfeccionar las técnicas”, enfatiza, además de compartir su entusiasmo por continuar el legado: “Es un reto enorme, pero también una responsabilidad hermosa. Queremos que cada botella lleve un pedacito de nuestra esencia”.
A pesar de ser una de sus propuestas más recientes en el mercado, el proyecto en Viña Alegre está respaldado por más de seis años de investigación. Según Luis Ángelo, representante de la séptima generación, L.A. Cetto prepara el lanzamiento de cuatro etiquetas orgánicas tintas: Nebbiolo, Malbec, Mezcla Bordalesa y Mezcla Italiana.

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