Puedes aprender todo lo que necesitas de Portugal probando algunos de sus platos más famosos. Esta pequeña nación, con una población similar a la de Los Ángeles, cuenta con una rica historia cultural, un tono acogedor para los visitantes y una escena sin igual de comida proveniente del mar.
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Es un destino donde, aunque suene trillado, la comida se hace realmente con amor. Cuando me mudé a Lisboa en 2021, me encantó descubrir que el pescado siempre es fresco, el pan siempre está recién horneado y el vino siempre está frío y perfectamente maridado con lo que sea que estés comiendo. También es un lugar donde el chef te explicará con gusto cada plato y te observará con regocijo mientras saboreas tu primer bocado.
¿Indeciso sobre qué probar? Aquí hay siete platillos esenciales que aquellos que visiten Portugal deben probar antes de irse.
Bacalhau a Bras
El bacalhau à brás es un plato típico portugués, y todos deberíamos considerarnos afortunados por su disponibilidad. Se elabora con bacalhau (bacalao salado) desmenuzado, cebollas picadas y patatas fritas cortadas finamente, mezclado con un poco de huevo revuelto para unirlo todo. Suele acompañarse de aceitunas y perejil, aunque algunos restaurantes del país se están volviendo creativos con los acompañamientos.
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Si visitas Portugal, Busca el plato en alguna de las tabernas de Barrio Alto en Lisboa, donde dicen se originó el platillo.
Ameijoas a Bulhao Pato
Para disfrutar de un plato de mariscos diferente, ordena un plato de ameijoas a Bulhão Pato, un plato de almejas que lleva el nombre del poeta del siglo XIX Raimundo António de Bulhão Pato. Es un plato sencillo, pero absolutamente divino en su simplicidad. Se prepara con almejas bañadas en una salsa de aceite de oliva, ajo, jugo de limón, vino blanco y cilantro. Consejo: pide más pan para remojar en la salsa.
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Francesinha
¿Tienes mucha, mucha hambre? Dirígete al norte hacia Oporto para degustar el sándwich por excelencia: la francesinha. Ni siquiera la palabra “bocadillo” le hace justicia. Esta épica experiencia culinaria se prepara con dos rebanadas de pan, jamón, salchicha, filete (u otra carne asada) y linguiça (salchicha de cerdo curada). A continuación, se cubre todo con queso fundido y una salsa ligeramente picante de tomate y cerveza.
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Por si fuera poco, el plato suele servirse con una guarnición de patatas fritas. Si no comes carne, no te preocupes, ya que algunos establecimientos ofrecen opciones sin carne elaboradas con sustitutos de carne (sobre todo BeyondMeat).
Bifanas
Si la francesinha es demasiado para ti, pero aún tienes antojo de un bocadillo de carne, busca un bifanas. Este sencillo bocadillo consiste de tiras de carne de cerdo sazonadas con ajo, vino blanco y otras especias. (Los ingredientes pueden variar considerablemente según la región que visites, pero siempre puedes contar con un buen trozo de carne y un pan ligero y crujiente). Como señala Portugalist, se trata de un auténtico plato nocturno, que puede degustarse en cualquier momento, pero que tiene algo de especial cuando se saborea a altas horas de la madrugada tras una noche de fiesta.
Sardinhas assadas
Venir a Portugal y no comer al menos una sardina debería ser ilegal. Es un plato muy tradicional que suele degustarse durante las fiestas y otras celebraciones. En Lisboa es especialmente maravilloso probarla durante la fiesta de San Antonio, patrón de la ciudad, que alcanza su apogeo entre el 12 y el 13 de junio de cada año. Es entonces cuando los establecimientos locales asan sardinas en todas las plazas públicas, aderezadas con un poco de aceite de oliva y sal, y los clientes hambrientos hacen cola hasta donde alcanza la vista. Pruébalas al natural o con una guarnición de patatas.
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Cozido à Portuguesa
Obtén los mejores sabores de Portugal en una olla caliente con el cozido à Portuguesa, un estofado preparado con verduras como: coles, patatas, zanahorias y nabos; junto con arroz, una variedad de carnes (pollo, cerdo y ternera) y salchichas ahumadas. Según City Guide Lisbon, el guiso es originario de la región portuguesa de Beira y ahora tiene pequeñas variaciones por todo el país dependiendo de dónde se prepare, además, la guía acierta por completo al sugerir que el platillo se acompañe con un vaso de vino tinto, que es la bebida perfecta para disfrutarlo por completo.
Pastel de nata
Los portugueses aman los dulces, como todos los demás, pero los suyos suelen llevar una pizca de canela. No podríamos hacer una lista de platos portugueses sin mencionar su delicia más famosa, el pastel de nata. El pastel de nata es un hermoso bocado de crema de huevo en una tarta pequeñita. Es perfecto por sí solo, pero la mayoría de la gente asegura (como yo), que es aún mejor con una ligera capa de canela espolvoreada por encima. El mejor lugar para probarlo es Pastéis de Belém, en Lisboa, donde se elabora (y perfecciona) el pastel de natas desde 1837.
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