¿Vale la pena tomar un avión para probar las maravillas lácticas que ofrecen algunas regiones? Los amantes del queso diremos mil veces que sí. Y es que cuando la naturaleza privilegiada se conjunta con siglos de tradición lechera algunos sitios se llegan a convertir en auténticos paraísos que respiran y suspiran queso.
Enamórate de estos cinco destinos donde no falta el vino, los ingredientes frescos y la buena gastronomía.
La Mancha, España
Normandía
Somerset, Inglaterra


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En este destino culinario poco conocido nació el magnífico Cheddar, un queso de corteza dura y de textura firme poseedor de ese característico color naranja. Pero en Somerset también es posible probar una gran variedad de quesos tradicionales, azules y frescos. Para que tus vacaciones gourmet sean un éxito, come en un pub antiguo o en uno de los restaurantes galardonados que existen en la localidad y visita la cueva donde se añejan los quesos Cheddar.
Gruyère, Suiza


M M / Flickr
Este pueblo que parece sacado de la película de la Bella y la Bestia, es cuna del Gruyère, uno de los tesoros gastronómicos de Suiza. Además de poder comprarlo y degustarlo en las diversas fábricas y tiendas que siguen preparándolo según la receta tradicional, podrás disfrutarlo en una deliciosa raclette o en un fondue de los restaurantes locales. Antes de irte, no olvides visitar el museo de La Maison du Gruyère y el mercado de los jueves en Bulle.
Emilia Romana


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Al noreste de Italia existe una meca gastronómica donde el queso, el aceto balsámico, el jamón de Parma y el vino Lambrusco son el pan de cada día. Claro, eso sin contar las pastas tradicionales hechas al momento que abundan en los restaurantes. Entre los quesos que debes probar están el Squacquerone di Romagna, el Formaggio di fossa, y obviamente el Parmigiano Reggiano que, acompañados de los parajes medievales, te terminarán por enamorar.