Entre ritmos funk, pequeños platos para degustar y vinos de todo el mundo se llevó a cabo la clausura del segundo festival gastronómico Club Sibarita que durante tres días reunió a más de cuarenta chefs nacionales e internacionales con el objetivo de celebrar la alta gastronomía y compartir grandes momentos en la mesa en el contexto de la ciudad de Mérida.
No cabe duda, el objetivo se cumplió con creces: el festival curado hasta en el último detalle por sus organizadores, Jean Philippe Gillot Lomelín y Carolina Molina Marrufo, ofreció comidas enmarcadas por la belleza arquitectónica de la Ciudad Blanca; cenas maridaje para recordar, como la llamada The Art of Fine Dinning Vol. III en donde cocinaron chefs de la talla de Eduardo Morali, Olivier Deboise y Víctor Zárate; un homenaje a la chef Martha Ortiz Chapa por su gran trayectoria gastronómica así como experiencias culinarias en el pueblo mágico de Izamal y su restaurante más emblemático, Kinich.
Para el cierre del festival ocurrido en las modernas instalaciones de la zona residencial Altozano se convocó a veintiún chefs procedentes de distintos puntos de la república para que prepararan platillos tamaño degustación bajo su muy personal estilo de cocina. Lo mismo se hicieron presentes los aromas del mar que los de la cocina italiana; los recados y los salbutes que los nigiris. Mientras los asistentes disfrutaban con las propuestas gastronómicas, un grupo de jueces encabezados por los organizadores, el chef Enrique Farjeat, Gabriel Herrera (director general de Grupo Garbho) y parte del equipo editorial de Food and Wine en Español se dieron a la tarea de probar lo mejor de cada chef. Tras una minuciosa deliberación, el premio The Best of the Best presentado por Food & Wine fue para el manchamanteles con foie gras del chef Eduardo Torres del restaurante Ramona Nizuc en Cancún.
Aunque el festival terminó, de Club Sibarita seguiremos escuchando. Seguramente el próximo año nos sorprenderán con más razones para viajar a Mérida con el único fin de disfrutar la vida a través de la mesa.
Cortesía de Club Sibarita
