Originaria de la Ciudad de México, María Elena o Elenita –conocida así en el medio gastronómico– cocinó su primer pastel a los 12 años. Su madre le transmitió el amor por la cocina y en su tiempo frente a los fogones, se ha dedicado a recolectar (y mejorar) las recetas de su familia y amigos.
El 5 de junio de 1957 abrió una fuente de sodas en la entonces zona industrial de Clavería al lado de Raymundo Vázquez, su difunto esposo. Nadie se imaginaría, que con el tiempo, el negocio se convertiría en uno de los espacios gastronómicos más sagrados de la Ciudad México.
Nicos y sus proyectos a través del tiempo
- Nicos inicia como una fuente de sodas el 5 de Junio de 1957. María Elena desarrolló la oferta gastronómica de Nicos estandarizando y registrando las recetas que su familia le transmitió.
- En la misma década dejaron de servir 25 comidas al día, para aumentar a 85.
- En 1995, su hijo, Gerardo Vázquez Lugo se convierte en el chef ejecutivo del negocio familiar. Su preocupación por innovar, proteger y promover la cocina tradicional mexicana llamó la atención de medios internacionales.
- Las recetas de Nicos formaron parte de la designación de la comida mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco en 2010.
- En 2015 nace Fonda Mayora, una casa de comidas caseras en la Condesa mientras que el ranking británico los incorpora a la lista de los mejores restaurantes del mundo.
- En 2016 su hijo Gerardo se asocia con Maizajo: un molino y expendio de tortillas de maíz nixtamalizado.
- El 5 de junio del 2020 celebraron su aniversario número 63. Actualmente atraviesan la mayor crisis de su trayectoria debido a la contingencia sanitaria, pero los ánimos son positivos. El equipo se encuentra trabajando para salir adelante.
Algunos reconocimientos
2015: Nicos figura por primera vez en la lista de los Latin America’s 50 Best Restaurants con el puesto 47.
2016: El restaurante escala 10 posiciones y obtiene el número 37 de la lista
2017: Nicos ocupa la posición 29 del listado
2018: María Elena y su hijo Gerardo reciben el premio Diners Club Lifetime Achievement Award 2018 en medio de la ceremonia de los Latin America’s 50 Best Restaurants, en el Centro de Convenciones Ágora, en Bogotá. Un galardón que nunca se había otorgado a dos personas a la vez.
Sobre su discurso al recibir el reconocimiento por parte de los 50 Best:
“Cocinar es un acto de amor que celebra la vida. Abrimos Nicos como un negocio sencillo pero con todas las ganas del mundo y así poco a poco ha llegado hasta ahora con los consejos y recetas de familia y amigos.”
María Elena Lugo
2019: Nicos recibe el premio “Awards of Excellence 2019” que otorga la publicación neoyorquina Wine Spectator. La carta de vinos nacionales más completa que existe.
¿Sabías que…?
El primer menú de Nicos era hogareño, con platillos que encontrarías en casa como una sopa de verduras, arroz, albóndigas, pacholas, el pipián de la abuela Cata y tortitas de huauzontle.
La sopa de natas es una herencia del Convento de las Capuchinas de Guadalajara a mediados del siglo XIX.
Gerardo, su hijo menor, dejó la carrera de Arquitectura para entrar a la cocina. Se formó de la mano de Alicia Gironella De’ Angeli y Giorgio De’ Angeli, los autores del Gran Libro de la Cocina Mexicana y aliados del movimiento Slow Food.
Conociendo a María Elena
“De chica veía a las gelatinas como joyas comestibles. Eran brillantes y me hipnotizaba al verlas temblar. Toda la vida me ha gustado meter mano, mis manos son señal de eso.”
María Elena Lugo
Libro que recomienda: Las dos ancianas, de Velma Wallis
Consejo que aprendió de chica: En la cocina es más fácil poner que quitar. Las bases son agua, sal y azúcar. Hay que descubrir las porciones para después adaptarlas.
Consejo para los emprendedores de un local: “Si aguantas un año aguantas dos, si aguantas 5, aguantas 10, y si aguantas 10 ya la hiciste, esto se hace con amor, pasión y entrega”.
Pasatiempo favorito: Tejer, leer en su Kindle y ver Netflix.
Anécdota de viaje: Recuerdo que cuando fuimos a cocinar en el festival de Slow Food en Italia, un señor entró a la cocina y muy alarmado gritó: ‘Cos’è questo?‘. Yo por dentro pensaba: ¡Dios mío! No le gustó mi platillo. Cuando en realidad el señor quería expresar su agradecimiento porque nunca había probado algo similar. Se refería a la sopa de natas que preparamos en Nicos desde hace años. Fue una grata sorpresa ver que lo que haces con amor se transmite aunque no hablemos el mismo idioma.
