Como organizadora serial de cenas de todo tipo, desde una brillante boda en el patio trasero de un amigo hasta una fiesta de pizza en un día de mudanza, puedo decir con confianza que hay una cosa que separa una fiesta exitosa de una deplorable: los aperitivos y los cocteles que se ofrecen al llegar.
Puede que tus invitados hayan soportado dos horas de tráfico después de una cita con el médico o una reunión larga y aburrida, o bien, puede que se acaben de despertar de una larga siesta. Sea cual sea la circunstancia, la mayoría de la gente agradecerá tener algo para picar mientras tú le das los últimos toques a la cena.
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Dependiendo de la disposición de la cena, puede haber una zona principal de aperitivos y cocteles para atraer a la multitud; también es posible instalar pequeños puestos de aperitivos por la sala para animar a la gente a sentarse y ponerse cómoda.
Hay una fórmula para preparar excelentes mezclas de aperitivos que nunca me ha fallado. Basta con mezclar tres o cuatro ingredientes que satisfagan tus papilas gustativas (crujiente, salado, picante, umami y dulce) y ¡listo!
Cacahuates, mini pretzels, maíz tostado picante y una Paloma
La Paloma, un clásico con sabor a toronja, es el acompañamiento perfecto para los aperitivos salados y picantes. Beber este coctel ácido entre bocados de cacahuates, pretzels y maíz tostado picante hará que la bebida resulte aún más refrescante. ¿Buscas una experiencia todavía más agradable para ti y tus invitados? Mete el vaso en el congelador antes de servirlo y adórnalo con una ramita de romero y un gajo de toronja.
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Cacahuates tostados con miel, palitos de pretzel y una copa de vino Txakoli
Este vino blanco español es mi favorito absoluto para el clima cálido. Es un poco ácido, tiene una agradable mineralidad y se muestra limpio en el paladar, lo que lo hace ideal para aperitivos como los palitos de pretzel o los cacahuates tostados dulces. También es perfecto para acompañarlo con pescado blanco, ostras o camarones si se piensa servirlo después.
Aceitunas de Castelvetrano sin hueso, almendras tostadas, cubos de manchego y vermut rojo
Éste es uno de los tres tipos principales de vermut y una de las cosas más fáciles de servir, la cual garantizará que tus invitados se sientan como si estuvieran en unas mini vacaciones europeas. Aunque el vermut rojo, el seco y el bianco se elaboran con uvas blancas, el rojo obtiene su atractivo color del azúcar caramelizado, por lo que es el más sabroso para tomar solo. Se pueden beber de 2 a 3 onzas, bien frío y adornado con una aceituna y una rodaja de naranja. Es satisfactoriamente dulce, con un delicado toque amargo final, y el mejor aliado de los aperitivos.
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Cacahuates cajún, palomitas caramelizadas, papas BBQ y un Paper Plane
Además de ser muy fácil de preparar con sus proporciones uno a uno de bourbon, Aperol, amaro y jugo de limón, el Paper Plane también es perfecto para la hora del aperitivo. Aunque los ingredientes son atrevidos (y alcohólicos) por sí solos, juntos estarán sorprendentemente equilibrados, lo que significa que pueden soportar sabores fuertes en el departamento de picoteo. Los intensos toques cítricos de la bebida se verán contrastados por medio de sabores distintivos (piensa en algo ahumado, picante o tipo BBQ), por lo que cada sorbo será tan refrescante como el primero.
Chabacanos secos, salami finocchiona, gouda curado, nueces tostadas y un Gin Tonic
El Gin Tonic es un coctel infravalorado para la hora feliz, especialmente cuando está muy frío, tiene mucha tónica burbujeante y va adornado con enebro. Sin embargo, los elementos botánicos de la ginebra (enebro, anís, lavanda, limón, etcétera) la hacen perfecta para maridar con todo tipo de aperitivos, pues corta especialmente bien los sabores ricos y grasos. La dualidad de las frutas maduras azucaradas, secas y estofadas con la tónica amarga se equilibra a la perfección. Sus aromas combinan con embutidos salados y sabrosos, y el sabor a regaliz de la ginebra realza la terrosidad de los frutos secos tostados y de los quesos curados.
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