Este aparato nació en 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, y fue un invento de Percy Spencer, un ingeniero que investigaba formas de mejorar el funcionamiento de un radar, para lo cual tenía un laboratorio lleno de magnetones. Durante sus jornadas de investigación, el científico estadounidense acostumbraba guardar una barra de chocolate en la bolsa de sus pantalones, para comerlo como snack en algún momento del día. Pero durante repetidas ocasiones se encontró con que cuando él quería comer su sabroso tentempié, ¡oh sorpresa!, el chocolate se había derretido.
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Fue así que después de arruinar muchos chocolates, Spencer empezó a experimentar con los magnetones y otros alimentos, para ver si el calor generado podría servir para cocinarlos por completo. Las siguientes víctimas del ingeniero Spencer fueron un huevo y una mazorca de maíz El resto es historia, en 1947 salió a la venta el primer microondas. De acuerdo a datos del INEGI, actualmente en el 56% de los hogares mexicanos, hay un microondas en la cocina, y se considera de uso esencial junto al refrigerador y la lavadora.
Pero parece que alguien se esforzó mucho para arruinar la reputación del microondas. Uno de los principales mitos que giran alrededor de de este invento es que puede provocar daños en la salud. Sin embargo, la FDA afirma que estos electrodomésticos son seguros cuando se utilizan de manera correcta y se les da un mantenimiento adecuado. De hecho, propone una guía para usar los hornos de microondas con seguridad, donde algunos de los consejos son seguir las instrucciones del fabricante, usar recipientes aptos para microondas y no sobrecalentar el agua.
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Otro de los mitos afirma que si se consumen alimentos preparados en microondas, podría haber daños en la salud provocados por la radiación. Sin embargo, la verdad es que, según la Profeco, no hay estudios que demuestren esa hipótesis. Y no, tampoco los alimentos pierden los nutrientes, de acuerdo con la OMS, los alimentos que se cocinan en microondas tienen los mismos valores nutricionales que aquellos que se cocinan en un horno convencional.
Una de las grandes verdades es que para no tener estragos en la salud hay que usar recipientes adecuados, así que tira a la basura ese bote de yogur lleno de frijoles refritos y mejor utiliza un recipiente adecuado para calentar tu comida. Uno de los más grandes mitos es que cualquier cosa se puede meter al microondas, y eso no es cierto. El aluminio, por ejemplo, es muy peligroso, igual que los metales. Lo mejor es utilizar recipientes de silicona o pírex.
¿Tú qué otros mitos conoces?