Resguardado por las cálidas mesas de Sonia, donde la herencia culinaria familiar es premisa, en el corazón de la colonia Juárez palpita el vino mexicano. Edgar Delgado, el artífice de la legendaria cocina marcada por sabores heredados, abre la conversación sobre los terruños nacionales que, al igual que su restaurante, funcionan bajo una premisa común: la búsqueda de productos de alta calidad y pequeñas producciones. Todo esto se refleja en el proyecto Vino en la Mesa Mexicana.
Un viaje por Ensenada, la cuna del vino mexicano
Con siete ediciones a sus espaldas, la esencia de esta iniciativa que se celebra el último viernes de cada mes, es tender puentes entre las pequeñas bodegas y los comensales que disfrutan de la cocina de Sonia, fomentando el consumo de etiquetas nacionales, visibilizando los desafíos fiscales que afectan la comercialización de cada botella y propiciando encuentros íntimos que celebran la diversidad de los terroirs de México.
“La idea surgió del contacto cercano que tenemos los chefs con los bodegueros. Pensé que sería interesante permitir a nuestros comensales tener estas conversaciones directamente con los creadores de los vinos. Los viticultores de Valle de Guadalupe, San Luis Potosí, Parras, el Bajío y todas las regiones del país realizan un trabajo admirable, reflejado en grandes etiquetas. Vino en la Mesa Mexicana busca aportar su granito de arena mostrando su labor y promoviendo su consumo”, explica Edgar Delgado.
Terruños dorados: los mejores vinos y espirituosos del país galardonados por México Selection
En el marco de la séptima edición de su iniciativa, desfilaron por la mesa una crema de chicharrón, seguida por un filete de cerdo adobado acompañado por arroz blanco y una capirotada. Para acompañar este festín, la bodega sanmiguelense Dos Búhos detalló los procesos que dan vida a sus 12 hectáreas, cultivadas bajo prácticas orgánicas certificadas, y su historia de 60 años de tradición agrícola.
Vino en la Mesa Mexicana busca aportar su granito de arena mostrando su labor y promoviendo su consumo”, Edgar Delgado.
La conversación inició entre marcadas notas de fresas frescas del vino rosé de la bodega guanajuatense Dos Búhos desplegándose por los pulidos taninos y los marcados aromas a frutos rojos y negros del ensamble de tempranillo syrah 1524. El cierre con broche de oro corrió a cargo de la etiqueta Sauvignon Blanc Orgánico, que expresó sus exuberantes notas de frutos tropicales sobre la capirotada creada por el chef.
Espontáneo, un Pet Nat por elección
“En estos eventos no cocino específicamente para el vino; recibo a los comensales como si estuviéramos en mi casa. La idea es que el vino sea el protagonista y demuestre que cualquier momento es bueno para descorchar una botella mexicana. No se necesita una ocasión especial ni una mesa de manteles largos, solo una buena conversación para compartir”, concluye Edgar.
Devoción por el terruño
Entre las mesas acogedoras del restaurante de Sonia Bielous de Dutrenit, el vino mexicano fluye libremente, impregnando el ambiente de sencillez y calidez. Este programa, además de resaltar etiquetas nacionales, también contempla algunas internacionales, todas elaboradas bajo el mismo principio: producciones familiares que respetan y cuidan la tierra. La propuesta estelar de la velada fue Anatolia, un vino hecho en el corazón del Valle de Guadalupe por la familia de Edgar Delgado.
Restaurante Sonia
Oxford 23, Juárez, Cuauhtémoc, 06600 Ciudad de México
Síguenos en: Facebook / Twitter / Instagram / TikTok / Pinterest / Youtube
