Bitácora del Paladar: Chabela bajo un sol de diciembre 
LOBINA AL SARTÉN ESPINACAS SALTEADAS, BEURRE BLANC, ACEITE DE HIERBAS | Foto: Humberto Ballesteros

Un día hermoso. De esos que se dan en el mes de diciembre, donde el sol acaricia la piel dejando un pequeño tueste y el frío lleva a una mujer a usar un saco gris y elegante, que en algunos casos se combina con unas bellas botas que alargan las piernas y que otorgan mayor presencia en los lugares que se han de visitar durante las comidas de fin de año. 

Entre hombres y mujeres, existe la tentación para sacar ese gazné que nos otorgue mayor porte y en algunos casos, la emoción nos apresura para desdoblar la bella bufanda que en algún momento nos hizo la madre, la tía cariñosa o nuestra amada abuela, y que en estos días, busca cuidar nuestro cuello para no sentirnos fríos y si bien protegidos por ese amor, que bajo la regla de un derecho y un revés, nos entrega un estambre entrelazado junto al destello de cariño que merecemos. 

Bitácora del Paladar: Chabela bajo un sol de diciembre 
BOCATA DE CALAMARES, PAN MOLLETE, ALIOLI DE AJO ROSTIZADO, CALAMARES REBOZADOS | Foto: Humberto Ballesteros

El sol que derrama suave luz de una tarde de sábado, traspasa los vidrios y acaricia la madera de un nuevo espacio en la colonia San Miguel Chapultepec en la Ciudad de los Palacios de la vieja memoria. Las letras de entrada me generan recuerdos de personajes que habitaron mi vida pasada, pero a Franc, anfitriona y socia del espacio, le provocan esas letras ojos más abiertos y agua salada que retiene en su mirada, mientras te platica de Chabela, que es su abuela y fuente de inspiración para este bar o como le llaman Alex y Walter, de esta Bocadería que eleva el alma entre buenos vinos –como es la tradición de los tres mencionados–, y entrega tapas, bocatas, cerveza de barril y cocina sencilla, que se expresa mediante sentimientos con miras al sur del continente, sin dejar de mostrarse como un espacio gastronómico profesional ubicado en una zona que crece entre comunidad y sin el temor de usar la denominación “de barrio”.



El espacio, que es importante no tanto como la cocina y lo que ahí pasa, tiene una barra de madera en donde me he ubicado en la esquina como si fuese mi espacio eterno y desde ese banco he disfrutado de las entradas, las bocatas y los fuertes que salen de la cocina que habita al fondo del pequeño salón. 

Bitácora del Paladar: Chabela bajo un sol de diciembre 
ENTRAÑA DE RES, CREMOSO DE QUESO FETA, VERDURAS ASADAS | Foto: HUMBERTO BALLESTEROS

Los pinchos, los platos y las tapas salen detrás de la vitrina y los postres, que nunca olvido, deseo que sean más de tres, para así ampliar mi capacidad de elección y cerrar con la dulce inspiración que me hace llegar a Chabela, pensando en la protagonista e inspiradora de este bello proyecto, cuyas fotos dan vida al salón y se convierten en cómplices de  los silencios, de los coqueteos, de las confesiones y las malas palabras, o de las anécdotas que alimentan las mesas del lugar. 

Nunca recomiendo qué comer a nadie, como tampoco voto por ningún restaurante para que sea famoso o enlistado, ya que mi paladar es complicado y creo que para poder juzgar platos se requiere valor, amplio conocimiento y algo de despreocupación sobre la afectación. Pero en este caso, hay platos de impresión que satisfacen el placer producido por el gusto y de estos haré un rápido recuento sin mayor explicación.

Bitácora del Paladar: Chabela bajo un sol de diciembre 
BIKINI DE QUESO RICOTTA Y CEBOLLÍN | Foto: Sebastián Ballesteros

La bocata de calamares, es algo que me atrajo desde la primera vez. Su alioli de ajo rostizado lo hace especial. La pasta de mejillones la pido cada vez que voy, pero la entraña ganó en la batalla del placer. La hamburguesa Wagyu me puede hacer debatir con los comensales con los que comparto mesa, porque no soy afecto a ese plato en ningún lugar del mundo y eso me resta capacidad y autoridad. Por eso, me guardo cualquier expresión.

Ahora si, mas liviano con esta confesión, comparto que la lobina al sartén, me ha salido diferente en tres ocasiones. Nunca ha sido mala, pero en un domingo con Ferchis y Sebastián me supo mucho mejor. No sé si fue la compañía o el chef que ese día estaba más estresado y por eso puso más cuidado, pero la disfruté. En vitrina, la ensalada rusa pasó la prueba de sabor, derivado de la adicción familiar, la ensalada fría de pepinos, cherrys, hinojo y vinagreta de granada es muy fresca por sabores y no por temperatura, y ahí es donde me pongo a pensar en una base de hielos para el plato o en una refrigeración la vista para elevar el nivel de algunos platos de la barra. 

Bitácora del Paladar: Chabela bajo un sol de diciembre 
CHORIZOS A LA SIDRA: CHORIZO ESPAÑOL SALTEADO, SIDRA DE MANZANA, JEREZ, MIEL | Foto: Humberto Ballesteros

De los pinchos aquel que tiene espárragos, carbonara y guanciale me ha gustado y siento que expresa en un pequeño bocado un gran sabor. En las tapas, la de picaña, rábano picante, arúgula y mostaza antigua, se ha vuelto quizás la más pedida en mis horas de visita y he disfrutado la evolución del plato. El bikini de queso ricotta y cebollín ha estado rico, y la belleza estética del montaje lo vuelve digno de una foto para las redes sociales. 

La tarta Vasca me lleva a la reflexión que he tenido desde hace años con el chef Diego Telles, quien es tan purista como yo en los nombres y tradición de los platos, por eso, prefiero llamarle tarta de queso con mermelada de higo y reducción de oporto, y confirmo en párrafo que es una tarta golosa. El pastel de zanahoria es bueno y sí vale la pena pedirlo, sabiendo yo que sí te va a gustar, como diría una comensal cercana de vida.

Bitácora del Paladar: Chabela bajo un sol de diciembre 
CHABELA EN FOTO | Foto: Humberto Ballesteros

La experiencia en Chabela Bocadería se integra de platos ricos, buenos vinos, cerveza seleccionada y la atención maravillosa de los anfitriones. 

La abuela de Franc, Chabela, que es el corazón que late en cada espacio del lugar, hace que los metros cuadrados se vuelvan grandes extensiones de cariño, en donde la imagen enmarcada de esa bella mujer, nos contagia de la magnífica vida que abraza a todos aquellos que ya hemos estado sentados entre el sol de una tarde de diciembre, disfrutando el plato de la mesa alegre y gozando de la sonrisa que otorga la gente que uno más quiere y que sabes que siempre estará a tu lado.

Bitácora del Paladar: Chabela bajo un sol de diciembre 
CHABELA BOCADERÍA | Foto: Humberto Ballesteros

Sigue al autor: @betoballesteros  

Síguenos en: Facebook / Twitter / Instagram / TikTok / Pinterest / Youtube