Cempasúchil: tesoro de la Gastronomía Mexicana
Foto: Cortesía Cerveza Victoria

La flor de cempasúchil, conocida por iluminar los altares del Día de Muertos, ha encontrado su lugar no sólo como símbolo de conexión espiritual, sino como un verdadero tesoro gastronómico de México. Su característico color dorado y su delicado aroma herbáceo, junto con notas cítricas y un sutil amargor, la convierten en un ingrediente versátil en la alta cocina. Esta flor, cuyo nombre en náhuatl significa “veinte flores” o “flor abundante”, florece una vez al año, alcanzando su máxima frescura en otoño. Su ciclo anual resalta su fugacidad, dotándola de un sabor peculiar que chefs y mixólogos aprovechan al máximo durante esta temporada.

El cempasúchil posee una historia profundamente ligada a las leyendas mexicas. La tradición cuenta que Xóchitl y Huitzilin, dos jóvenes amantes, compartían una devoción especial hacia el dios Tonatiuh, el sol. Tras la muerte de Huitzilin en combate, Xóchitl rogó a Tonatiuh que la reuniera con él. Conmovido, el dios la transformó en una flor; cuando Huitzilin regresó en forma de colibrí, sus almas se unieron para la eternidad. Esta leyenda simboliza el amor eterno y refleja la conexión de la flor con el Día de Muertos.

Festival del café, chocolate y pan de muerto. | Foto: Gerardo Covarrubias / Unsplash

En la cocina, los pétalos de cempasúchil se utilizan tanto frescos como secos para crear ingredientes como sales y polvos aromatizados. La sal de cempasúchil, por ejemplo, se emplea en carnes, aportando un toque distintivo a los platillos. El azúcar infusionado complementa frutas y postres, integrando una elegancia floral en sabores tradicionales. Los compuestos naturales del cempasúchil, como el limoneno y los terpenos, aportan notas cítricas y herbales, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para aromatizar aceites y vinagres, añadiendo un matiz refrescante a los aderezos.



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El uso del cempasúchil se extiende a las salsas, donde su frescura realza el sabor. En una salsa de cempasúchil para carnes, se incorporan pétalos frescos a una base de jitomate, cebolla y ajo; mientras que en una salsa verde, la combinación con tomatillos crea un equilibrio perfecto, ideal para tacos y quesadillas. Además, estos pétalos enriquecen aderezos para ensaladas, mezclándose con aceite de oliva y vinagre balsámico. No sólo son deliciosos, sino que también aportan antioxidantes y propiedades antiinflamatorias, haciendo del cempasúchil un ingrediente valioso en la cocina moderna.

cempasuchil
Una florida estampa mexicana. | Foto: Roger Ce / Unsplash.

El pan de muerto, uno de los platillos más representativos del Día de Muertos, ha evolucionado con la inclusión de pétalos de cempasúchil en su masa, resaltando los vínculos entre esta festividad y la tradición culinaria mexicana. Esta incorporación no solo añade un toque de color, sino también un ligero sabor floral, convirtiendo al pan de muerto en una experiencia aún más significativa.

La mixología, igualmente, ha encontrado en el cempasúchil un aliado perfecto. Su combinación con destilados como el mezcal o el tequila crea cócteles que celebran el sabor de México y su herencia cultural, potenciando las notas terrosas de estos destilados. Además, la inclusión de pétalos frescos como decoración brinda una experiencia visual atractiva, realzando los tonos vivos y el simbolismo de la flor en cada bebida. Así, cada sorbo o bocado invita a redescubrir su simbolismo y explorar la creatividad culinaria, convirtiéndose en un puente sensorial entre la tradición y la modernidad.

En definitiva, el cempasúchil no sólo adorna altares; con su color, sabor y simbolismo, se convierte en un ingrediente excepcional que nos conecta con la historia y la tradición en cada bocado y brindis.

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