Ozempic: la sutil línea entre delgadez y placer
Foto: Diana Polekhina, Unsplash

​​En la era del bienestar, el culto al cuerpo y las soluciones rápidas, un medicamento pensado para la diabetes ha cruzado silenciosamente el umbral de las farmacias para formar parte de la vida de quienes sueñan con un cuerpo más esbelto. Su nombre es Ozempic. La sustancia activa se llama semaglutida y su uso está enfocado en la reducción del apetito y, por tanto, de lo que ingerimos.

¿Qué es Ozempic?

Desarrollado para pacientes con diabetes tipo 2, Ozempic actúa como un agonista del receptor GLP-1, lo que significa que imita una hormona que regula el azúcar en sangre, ralentiza el vaciado gástrico y reduce el apetito. En términos simples: te hace sentir satisfecho por más tiempo y con menos alimentos.

Lo que comenzó como un tratamiento médico legítimo, ha derivado en una alianza para perder peso con influencers, celebridades y muchas más personas que lo utilizan, con o sin receta, lo que implica significativas modificaciones en la conducta alimentaria.



Para quienes vivimos la comida como un placer, un ritual o incluso una profesión, Ozempic representa un conflicto, ya que los consumidores reconocen que pierden el apetito, el deseo por la comida y surge una especie de apatía frente al alimento. Se come por necesidad o no se come. Esto puede sonar ideal para miles de individuos desesperados por perder peso sin lograrlo, pero, ¿qué se pierde cuando se va el hambre? En un mundo donde comer es cultura, un vínculo social y un acto propicio para desarrollar memorias familiares, ¿es conveniente anular el apetito?

Ozempic: la sutil línea entre delgadez y placer
Foto: Unsplash

Beneficios

  • Pérdida de peso significativa: estudios muestran una reducción de 10 a 15 por ciento del peso corporal en muchos pacientes.
  • Mejor control del azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2.
  • Reducción del riesgo cardiovascular: en ciertos perfiles, puede disminuir la probabilidad de infartos o accidentes cerebrovasculares.

Contraindicaciones y efectos secundarios

  • Algunos efectos comunes son las náuseas, vómito, diarrea y estreñimiento.
  • Fatiga, debilidad muscular y sensación de “desconexión” con los alimentos.
  • Riesgo (aunque poco común) de pancreatitis.
  • Pérdida de masa muscular, si no se acompaña de ejercicio, al bajar el consumo de proteína.
  • Riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, sobre todo en personas con historial de ansiedad por la comida.
  • El tratamiento debe mantenerse indefinidamente para sostener el peso perdido: si se abandona, suele haber efecto rebote.

Ozempic nos hace predecir cambios en la conducta de aquellos cautivados por el hecho de perder peso sin dificultad: disminución severa del interés por la comida y los restaurantes, preocupación por pagar a toda costa el precio que cuesta un tratamiento o usar fármacos con fines meramente estéticos y sin control”.- María Forcada

Gastronomía vs. hambre voluntaria

En un momento donde comer es todo un arte, desde los tacos callejeros hasta la alta cocina, el reciente auge del Ozempic ha empezado a dejar una huella tan silenciosa como inquietante. Muchos chefs y propietarios de restaurantes han empezado a detectar que los platos regresan casi intactos a cocina y cada vez se pide menos comida, los comensales evitan especialmente los menús degustación. Los clientes piden comida y le dan dos bocados sin emoción, quieren aparentar lo que no pueden: que todo es normal, cuando no lo es, y los empresarios empiezan incluso a reducir las porciones de los platillos.

El Ozempic se ha popularizado como medicamento para perder peso gracias a su sustancia activa: la semaglutida, la cual reduce el apetito de manera drástica. Pero más allá del peso, hay algo que empieza a perderse: el hambre, el deseo… y el apetito por la vida. Sin embargo, para aquellas personas que han vivido durante años la desesperación de no poder perder peso, este es un medicamento milagroso, pese a reconocer que experimentan una especie de tristeza al no disfrutar el momento de sentarse en una mesa, asistir a un festival gastronómico e incluso abrir una botella de vino con su pareja.

Ozempic: la sutil línea entre delgadez y placer
Foto: Jennifer Burk, Unsplash

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