Nutrición e inflamación crónica ¿cómo se relacionan?
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A todos nos ha pasado alguna vez que comemos algo y al poco rato, sino es que inmediatamente, se nos inflama el estómago. Y si bien podemos tomarlo como que “algo nos cayó mal” y no darle suficiente importancia, es conveniente prender las alertas e identificar qué alimentos son los que causan esta situación, ya que su constante consumo puede ocasionar inflamación crónica que a largo plazo derive en enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión, Alzheimer o incluso cáncer.

Debido a esto, es que en los últimos años ha cobrado fuerza la implementación de una dieta antiinflamatoria que sostiene que la mejor forma de combatir la inflamación es a partir del consumo de alimentos adecuados, más allá de acudir a remedios de farmacia. Algo así como eliminar el problema de raíz.

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¿Por qué nos inflamamos?

De acuerdo con el texto Foods that fight inflammation publicado por Harvard Health Publishing, “El sistema inmunológico se activa cuando el cuerpo reconoce algo extraño, como un microbio invasor, polen de plantas o una sustancia química. Esto suele desencadenar un proceso llamado inflamación.” Dicho esto, la inflamación puede ser causada por múltiples factores que van desde virus, toxinas hasta estar sometido a situaciones de estrés. Pero en términos del tema que nos atañe, también diferentes alimentos pueden ocasionarla.



El abanico es amplio. Según el instituto de medicina Jhon Hopkins, especialistas señalan como alimentos potencialmente inflamatorios:

  • Carne roja
  • Carne procesada
  • Productos horneados de caja (o comerciales) 
  • Pan y pastas hechos con harina blanca
  • Alimentos fritos
  • Alimentos con alto contenido de azúcar agregada
  • Bebidas azucaradas
  • Grasas trans
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Sin embargo, el mismo organismo señala que la forma en que cocinamos la carne, por ejemplo, puede marcar la diferencia, en este caso puedes optar por asarla en lugar de hacerla a la parrilla pues esta última genera que la carne libere compuestos asociados con el cáncer. Así que carnívoros, no todo está perdido.

Alimentos antiinflamatorios

Al igual que los alimentos que causan inflamación, existen muchos otros que nos pueden ayudar a combatirla. La pregunta es, ¿cómo elegirlos? De acuerdo con especialistas, estos deben ser ricos en ácidos grasos omega-3 (salmón, pescado, atún), o incluso nueces, semillas y aceite de canola. Otra opción son aquellos alimentos ricos en vitamina C, ya que al ser un antioxidante combate el desgaste celular que puede desencadenar la inflamación; aquí destacan las frutas como frutos rojos y cítricos.

Los polifenoles también son un gran aliada para combatir la inflamación, y los podemos encontrar en el aceite de oliva, vegetales y cereales integrales (punto para la dieta Mediterránea). Esto debido a que de acuerdo con el Centro de Investigación Biomédica en Red, “los polifenoles pueden prevenir la inflamación al alterar la microbiota intestinal e inducir la producción de ácido indol 3-propiónico (IPA),un metabolito derivado de la degradación del triptófano por las bacterias intestinales”.

Y te tenemos una buena noticia: el café, el chocolate oscuro y el té, también son ricos en polifenoles.

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Fortalece tu flora intestinal

Di sí a las bacterias, pero a aquellas que benefician tus intestinos pues serán las encargadas de mejorar tu digestión así como generar naturalmente biotín y vitamina K. Para ello, existen alimentos ricos en probióticos y prebióticos.

Entre los alimentos ricos en probióticos naturales se encuentra el yogurt, el kéfir, chucrut, el kimchi y la kombucha. Mientras que los prebióticos los puedes encontrar en vegetales como ajo, cebolla, espárragos, alcachofa, tomate, betabel y hortalizas de hoja verde; frutas como el plátano y el maracuyá; cereales como la avena y el centeno; o leguminosas como lentejas, frijoles y soya.

Buda Bowl, una deliciosa y nutritiva opción

En términos de inflamación abdominal, Buda no es el mejor ejemplo. Pero este bowl que lleva su nombre es una gran opción para llevar a cabo una dieta antiinflamatoria y disfrutarla al máximo por su delicioso sabor.

Basta implementar una básica fórmula para darle vida:

  • Vegetales crudos: Hortalizas
  • Cereal: quinoa o arroz.
  • Proteína: tofu, edamame, pollo o pescado.
  • Vegetales cocidos: coles de Bruselas, espárragos, brócoli.
  • Grasas saludables: fruto secos o semillas.
  • Aderezo: aceite de oliva, hummus.
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¡Y listo! Si bien es válido del vez en cuando darte un gusto (especialmente cuando las opciones son deliciosas y vastas), es importante mantener una dieta equilibrada, especialmente si eres proclive a la inflamación crónica.

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