
Esta receta, en cuestión visual, está a la altura de cualquier platillo de restaurante de fine dining. Pero conserva la verdadera magia del aguachile: es capaz de transportarte al mar, desde el primer bocado.
Te transportará al mar desde el primer bocado.
Esta receta, en cuestión visual, está a la altura de cualquier platillo de restaurante de fine dining. Pero conserva la verdadera magia del aguachile: es capaz de transportarte al mar, desde el primer bocado.